El eco del flash de la cámara resonaba en el pasillo
mientras fotografiaba a la banda. Todos cambiaban de pose en un intento de dar
su mejor enfoque.
-
¡Ya está! – les aseguró el fotógrafo emocionado.
-
Al escenario entonces – les dijo Miyako animado, y de forma inconsciente
se ubicaronn de la manera en la que solían entrar al escenario. Chiaki por su
lado permaneció apoyado contra la pared en su pequeño rincón.
-
Que pensativo estás – le dijo de pronto el manager, captando la atención
de Sora que volteó a mirarlos. El vocal no le respondió, solo hizo una
expresión de fastidio – Y de mal humor.
-
¿Chiaki? Siempre – acotó Miyako en un tono que parecía no tener ánimos
de ofender – Ah, ustedes dos… – les dijo apuntando al vocal y al batero - ¿Por
qué llegaron juntos?
-
Ahh… - Sora observó dudoso a Chiaki. Pensó en decir que se lo había
encontrado, pero la idea de que aquello pudiera ofender al vocal se le pasó por
la mente, sin embargo el más pequeño ni siquiera lo miró y fingió no haberles
prestado atención.
-
Ya es hora – dijo de pronto dirigiendo automáticamente la atención al
escenario. Todos volvieron a retomar su posición para subir, y solo Sora observó
un poco pensativo al vocal que tenía el ceño fruncido. No preguntó nada, no
podía en frente de los demás.
Al subir al escenario, Chiaki hizo lo posible por
ignorar a Sora, pero en la concentración y la pasión del concierto no pudo
evitar voltearse a mirarlo en considerables ocasiones. También le llamó la
atención y le pidió solo su ayuda para cantar a capella. No quería pensar en lo
que era tan obvio para él, pero la conexión con Sora en el escenario le
brindaba una calidez que le era difícil encajar con un sentimiento particular.
No podía explicárselo así mismo, pero con tan solo mirarlo un nivel de
confianza más allá de la profesional le reconfortaba. El vocal se debió repetir
constantemente que no debía distraerse con sus pensamientos, aunque le era difícil
teniendo a Sora tan cerca y más aún porque ni siquiera tenía que mirarlo para
sentir aquella conexión en la que no podía dejar de pensar. El ambiente del
concierto se acaloró aún más, logrando que Chiaki pudiera dejar de escuchar sus
gritos internos que se mezclaban con los del público. Se conectó a tal grado
con la multitud que olvidó quién era incluso. Aquellos momentos eran su mayor
éxtasis. El sudor, las palabras y los movimientos le eran involuntarios, lo
olvidaba todo.
En la penúltima
canción volteó impulsivamente y se puso de pie en frente de Sora, que concentrado
en la batería ni siquiera lo notó allí, observándolo detalladamente. Chiaki
comprendió que le gustaba demasiado lo que veía… admiraba a Sora, le gustaba en
todos los aspectos que era capaz de pensar en aquel instante. Cerró los ojos con
pesar. Los sentimientos ligados al amor le dolían, era por ello que siempre se
protegía tanto. Lo sabía, no quería querer a nadie.
Volteó a la multitud dispuesto a entregarse nuevamente
a lo que serían sus últimos momentos de pasión sobre el escenario. El único
lugar en donde se permitía sentir agitado el corazón.
Fue el primero en salir de allí, pero no sin antes
darle una última mirada al batero que llevaba a cabo su único momento a solas
con la batería en el escenario. El sudor le recorría los labios, y Chiaki sintió
la necesidad de rascarse los propios. Corrió al camarín sintiéndose asqueroso
por el sudor y queriendo correr de los ojos del staff, se preguntó que
expresión tendría su cara ya que un par de ojos curiosos voltearon a observarlo
con atención. Cerró la puerta con un portazo y a paso rápido se metió en la
ducha sin siquiera haberse desvestido. El agua fría le impacto haciéndole
sentir un ahogo que subió hasta transformarse en un sollozo. De pronto estaba
llorando sin saber el por qué. Con rabia golpeó la pared de la ducha, sin dejar
de preguntarse en qué momento había permitido dejar sus sentimientos por Sora
crecer a tal grado. Ahora que sabía qué le sucedía, no dejaba de sentirse
vulnerable. Detestaba ese estado.
Calmó su respiración y dejó que la bañera llenara su
cuerpo de gotas cálidas que le destensaron los músculos. Se desvistió y
prosiguió a limpiarse. Ya no lloraba, se había recordado así mismo que había
más gente y aquello siempre le hacía subir la guardia.
Sora lanzó las baquetas haciendo que una golpeara con
la pared, se disculpó entre risas mirando los rostros sonrientes de las fanáticas
que respondían a su sonrisa, y finalmente bajó del escenario chocando los puños
con un par de staffs. Una salida triunfal y notoriamente distinta a la del
vocal. Fue hasta su camarín para darse un bañó rápido, sentía los músculos
agarrotados. Golpearon la puerta del camarín en cuanto terminaba de vestirse.
-
Sora… –le llamó el manager - ¿Te llevo a casa?
-
Oh, no te preocupes, iré con Chiaki a beber algo o tal vez a comer – le
dijo animado dispuesto a invitar al vocal a pasar un rato en su compañía.
-
Pero Chiaki ya se fue– el manager lo observó dudoso y Sora pareció entre
sorprendido y decepcionado - ¿Entonces te llevo?
-
No… tendré que inventar otro plan… Pero gracias por la preocupación.
-
Está bien. Cuidado al volver a casa y no bebas demasiado, mañana
repetimos esto.
-
Lo sé.
Sora decidió caminar hasta su casa, no era un camino
corto pero le permitiría pensar. Necesitaba ordenar su cabeza. Aún se sentía
ansioso de solo recordar que había dormido en la misma cama que el vocal, por
lo demás debía recordarse no albergar esperanzas vacías… sin embargo la sonrisa
se le escapaba. Luego pensó un poco más a profundidad en él, quería ayudarle y
aún no sabía cómo. Las calles solitarias
no le dieron las respuestas que quería pero al menos sabía que con la caminata
se sentiría lo suficientemente cansado como para una noche de sueño reponedor.
Ya cerca, se percató de una silueta oscura fuera de su
casa. La sorpresa le hizo abrir los ojos de forma exagerada, el vocal
permaneció agachado apoyando la espalda en la puerta.
-
¿Chi? ¿Qué haces…?
-
Lo arruiné… - le susurró de pronto sin mirarlo, Sora no comprendió.
-
¿Qué sucede? – al vocal se le escapó una mueca de dolor que no logró
ocultar, pero continuó sin mirarlo. Sora se agachó junto a él y apoyó la
espalda de la misma manera. – Si viniste hasta acá es porque quieres decirme
algo… ¿me equivoco? – Chiaki continuó en silencio – Adelante, sabes que siempre
te voy a escuchar.
El vocal cerró los ojos, la sola idea de aceptar la
preocupación de Sora también le causaba dolor. Un pensamiento triste se
escribió en su mente; no todos nacían para permitirse amar… al menos estaba
seguro de que eran experiencias que prefería evitar.
-
Tal vez todo es una confusión mía… - susurró confundiendo más a Sora,
que se inclinó para intentar captar la atención de sus ojos acercándose al
vocal. Chiaki levantó la vista y se encontró con su rostro a escasos centímetros.
Observó sus labios por un par de segundos que se hicieron largos, Sora lo notó,
entonces el vocal se puso de pie avergonzado. – Nos vemos mañana.
-
¿Qué? ¿Te vas? Pero… - lo vio caminar con prisa lejos de él – Chiaki… -
lo llamó en un susurro sintiéndose aún más decepcionado. Fuera cual fuera la
razón por la que había ido, se había arrepentido de confesárselo y eso lo hizo
sentir dolido. Suspiró observando su silueta alejarse del todo hasta que
desapareció, solo entonces entró a su casa y se arrojó al sofá para ahogar su
mente en suspiros.
Chiaki no le había hablado en todo el día. Sora no
dejaba de preguntarse si estaría enfadado, sin embargo prefirió mantener
distancia. Durante el ensayo, la comida y la previa al concierto, lo había
escuchado contestar de manera cortante y alejada, sabía que no quería atención
así que se propuso no molestarlo demás. En cuanto se quedaron solos, su manager
le soltó:
-
Me preocupa Chiaki. Ni siquiera me enfada su falta de tacto, directamente
me preocupa… - Sora lo miró y solo asintió, sabía que no podía decir más al
respecto – En cuanto da un paso más cerca de nosotros, luego da dos atrás y
pareciera que nos odia.
-
No es así… - le susurró con seguridad.
-
Yo sé que no es así, por eso me preocupa. Sus debates internos lo tienen
al borde del colapso. No puedes alejarte de él, Sora. – el batero lo miró confundido
– Solo a ti te permite acercarte un poco más.
-
¿A qué te refieres al borde del colapso? ¿Crees que Chiaki podría…? – la
idea de que vocal pudiera dañarse así mismo de alguna manera lo alteró hasta
los nervios.
-
Cálmate, no está sucediendo aún, podemos hacer algo al respecto. Pero si
me preguntas, sí, creo que él podría. Siempre lo he creído. – el batero tragó
saliva preocupado. No quería esas ideas en su cabeza, pero sabría que ya no
podría quitarlas fácilmente.
Se formaron para entrar al escenario. Chiaki aún los
ignoraba como el día anterior, Sora lo contempló con ojos tristes y el vocal
con un poco de duda le devolvió la mirada.
-
15 segundos – dijo el staff para indicarles que era la hora. Sora se
alejó un poco del resto de la banda y se acercó al vocal que aún lo miraba sin
entender su improvisado acercamiento.
-
Chi.
-
¿Qué?
-
¿Tú me harías daño? – le preguntó de pronto, sintiéndose avergonzado de
sí mismo por pronunciar aquellas palabras en voz alta. Chiaki también se
avergonzó de escucharlas.
-
¿Qué me estas preguntando? – bufó - ¿Por qué lo dices?
-
Contéstame, ¿me harías daño? – el resto de la banda ingresó al
escenario. Chiaki los miró de reojo con preocupación.
-
Tenemos que ir… – el vocal pensó en adelantar a Sora pero este lo detuvo
afirmando su brazo.
-
Contéstame. – exigió. Confundido, Chiaki respondió sincero bajo la presión
de los ojos de los staff que le indicaban con la mano que se apresurara.
-
No, claro que no… al menos no intencionalmente. – Sora le sonrió, le
reconfortaba verlo ser sincero y trasparente de vez en cuando.
-
Entonces nunca te dañes a ti mismo, porque entonces sí me harías daño
intencionalmente – le dijo mirándolo a los ojos. Chiaki pestañó confundido un
par de veces mientras procesaba las palabras de Sora, sintió un calor en el
rostro que le avergonzó hasta la médula.
-
¿Qué mierda estás diciendo? – Sora le soltó el brazo y miró al staff preparando
mentalmente su salida triunfal.
-
¡Tenemos que subir! – le dijo avanzando antes que él, dejándolo allí
plantado sin saber que pensar. Chiaki
respiró agitado un par de veces más antes de seguir su camino.
Ya en el escenario le costó conectar con el público,
se sentía desconcentrado, a ratos recordaba las palabras de Sora y se giraba
más de lo usual a mirarlo. Se consideró afortunado de poder verlo de tan de
cerca tocar la batería aunque no pudiera darle la espalda al público por
demasiado tiempo. Los pocos segundos en que lo hacía eran en aquellos momentos
en que sabía que Sora estaba más sumergido que nunca en el ambiente y la
música.
Cuando conectó con el momento, ya había avanzado el
concierto a la mitad, pero lo hizo a tal grado que recompensó su desconcentración
anterior. Persiguió a Saz por el escenario e hizo cantar a un desafinado
Miyako, pero quien más captó su atención fue Sora, intercambiaron puestos de
manera improvisada permitiéndole tocar la batería al vocal y siendo Sora quien
cantara uno de los coros a capella, sacando risas y aplausos de parte de sus
fans. Chiaki disfrutaba del recibimiento que tenía como de las veces en que las
risotadas que se le escapaban al batero eran tan fuertes que las podía oír sin
la necesidad del micrófono. Para cuando el concierto finalizó, de manera poco
común solo permanecieron Chiaki y Sora en el escenario dando las gracias y
lanzando las baquetas. Bajaron riendo divertidos, solo cuando Chiaki dio unos
pasos fuera de aquel lugar comenzó a ser bañado lentamente por la realidad. Fue
consciente de que no quería… deseaba volver al escenario a divertirse con Sora.
Llegó el momento de entrar a los camarines
correspondientes, pero Chiaki no quería despedirse y algo en sus ojos se lo
comunicó a Sora, quien había permanecido en silencio junto a él solo riéndose
de su manera de bailar mientras caminaba.
-
¿Quieres que vaya contigo? – le preguntó sin saber exactamente porque lo
hacía. El vocal asintió sorprendido de que fuera capaz de leerlo tan
fácilmente. Entraron al camarín y mientras Sora permaneció en la puerta, Chiaki
dio varios pasos nerviosos hasta el espejo que estaba al otro extremo. El
batero se preguntó: “¿y ahora qué?”, pero en silencio esperó a que el vocal
comenzara a hablar.
El vocal lo miró y tragó saliva. Pensó en que había
solo una manera de aclarar su confusión, y sin querer detenerse a evaluar
probabilidades, Chiaki caminó hasta él y lo besó, enredando su mano en el
cabello de Sora y jalándolo hasta su altura. Al comienzo Sora no reaccionó por
la sorpresa, pero no tardó mucho en perderse en el sabor de los labios del
vocal y cerrar los ojos entregándose al beso aún un poco confundido. Con la
mente únicamente en blanco. Chiaki tomó su rostro con ambas manos y profundizó
aun más atemorizándose de sí mismo, pero se negó a separarse de él de
inmediato. Los labios de Sora eran gruesos y encajaban a la perfección con los
suyos, para lo que no estaba preparado era para la reacción de su cuerpo cuando
sintió la lengua de Sora masajear la suya con suavidad. Se tuvo que alejar.
-
Mierda… – le dijo dándole un leve empujón al batero que lo sintió como despertar
de un trance profundo. Miró a Chiaki confundido, y por un instante se preguntó
si aquello realmente había ocurrido. Ambos respiraban un poco agitados y
parecían consternados, más el vocal.
-
Chi… -
-
Lo siento – le dijo mirándolos a los ojos impresionado de sí mismo y de
haberse atrevido, temió que Sora le dijera que había sido asqueroso y que lo
rechazara de algún modo. Dio media vuelta y se escapó, encerrándose en el baño
del lugar con rapidez y sin decir ni una sola palabra.
-
Chiaki… - lo llamó en un susurro tardío el batero, miró a su alrededor
perdido. “¿Esto realmente está sucediendo?”, se preguntó.