A Tazawa solía
gustarle la lluvia de verano, la que consistía en gotas suaves que refrescaban
y en sonidos leves que armonizaban, sin embargo en invierno la historia era
otra. Mientras caminaba y sujetaba el paraguas con fuerza con ambas manos, se
lamentaba haber llevado al taller su auto. Había confiado en que encontraría un
taxi para llegar a tiempo al estudio, sin embargo eso no sucedió, por lo que
había corrido varias calles con el paraguas en la mano luchando contra el viento
que amenazaba robárselo, aunque poco le servía, de todas formas estaba
empapado. Le dolían los huesos de las manos, quería esconderlas en los
bolsillos de su impermeable y hasta pensó en dejar volar el paraguas, pero se
propuso aguantar un poco más, aunque el frio quemara.
A las afueras
del edificio había una silueta de alguien observando el cielo dejando que las
gotas le mojaran el rostro, y cuando se acercó más, se percató de que era
Sakura. Llevaba un abrigo impermeable largo y con gorra, tenía los ojos
cerrados, lucía tranquilo. Tazawa se quedó contemplando cómo su compañero disfrutaba
de la lluvia más que nadie por un par de segundos, hasta que el frío volvió a
quemarle, por lo que debió caminar hasta él.
-
Sakura, ¿por qué estas afuera? ¡Entremos, vamos! – le llamó
insistentemente mientras empujaba la puerta del edificio, pero fue inútil, esta
no se abrió.
-
Porque está cerrado – le dijo con un tono condescendiente, toda la
tranquilidad que le había visto unos segundos atrás había sido reemplazada por
la seriedad.
-
¿Ah?… ¿por qué? – el batero levanto los hombros con gesto inocente, la
verdad no lo sabía. Tazawa admiraba en secreto la belleza de los rasgos de
Sakura, y generalmente lo hacía desde la distancia, por lo que deslumbrarse con
sus expresiones estando tan cerca lo descomponía. Sin saber qué responder o
como continuar luego de ello, tragó saliva intentando recomponerse. – Esto…
parece que no hay nadie en el edificio – Sakura no lo miraba, se sintió
hablando solo, aunque estaba acostumbrado a que el despistado batero se
perdiera en medio de una charla común - ¿Llamaste a alguno de los chicos? Es
tarde como para que no hayan llegado… - no respondió - ¿Sakura?
-
¿Ah? No, no he llamado a nadie, pensé que estaban retrasados.
-
Mm… llamaré a Keiichi – el viento fuerte lo hizo cerrar los ojos para
impedir que las gotas de lluvia entraran en ellos, para cuando los abrió,
Sakura lo estaba mirando fijamente con cierta impresión en los ojos. Sus
mejillas ardieron. Se volteó para llamar.
“¿Por qué me mira así?”, se preguntó mientras esperaba
que su otro compañero contestara la llamada.
-
¿Diga? – la voz de su compañero de banda sonaba adormilada.
-
Keiichi, ¿dónde estás?
-
En casa, en mi cama. ¿Por?
-
¿Cómo que por? Teníamos grabación hoy… con Sakura estamos fuera del
edificio, que por lo demás está cerrado.
-
Ah, ¿no leyeron el mensaje?
-
¿Qué mensaje? – volteó para observar a Sakura que lo miraba con la cara
más ingenua que le había visto, eso lo hizo tartamudear – ¿D- de qué hablas?
-
El mensaje en Line, debido al temporal y el corte de energía se cancelaron
las grabaciones por dos días: hoy y mañana.
-
¿Qué?
-
¿No revisaste Line?
-
No…
-
Supongo que Sakura tampoco si están los dos allí – Tazawa suspiró
.
-
Eso creo…
-
Lo lamento, no pensé en llamarlos, no se me ocurrió.
-
Descuida, nos vemos Keiichi.
-
Nos vemos – colgó la llamada y guardó su celular observando apenado a
Sakura, él inclinó el rostro a la espera de una explicación. Tazawa se sentía
nervioso, como cada vez que le tocaba quedarse solo con él.
-
Al parecer se canceló, por el corte de energía.
-
Ya… - observó el cielo unos instantes.
¿Ahora qué? Se pregunto Tazawa así mismo.
-
Supongo que debemos ir a casa… - susurró sin pensar, hubiera preferido
entrar al edificio y quedarse solo con Sakura un par de minutos más. Aunque le
costara reaccionar cuando estuvieran solos y la presencia de este lo pusiera
tan nervioso, no quería despedirse tan pronto. - ¿Por qué no vamos a tomar un
café?
El batero levantó una ceja incrédulo por
la propuesta. Continuaba serio, con los demás no solía ser serio, solo con
Tazawa y este lo sabía, pero no se explicaba el por qué.
-
Creo que deberías irte a casa Tazawa. – sus palabras hicieron que el
vocal sintiera un poco de frio en el pecho, ya estaba pensando en que no le
agradaba al batero si es que no estaba en compañía de la banda.
-
No quiero ir casa… - susurró sin pensar algo herido. Sakura notó la
reacción en él, sintiéndose sorprendido por la negatividad con la que había
tomado sus palabras su compañero.
-
Lo dije porque estás empapado – se justificó – Y notoriamente congelado,
debes cuidar tu salud, sobre todo en tiempos de grabación. - Tazawa se había
impresionado bastante por su explicación, sin embargo la última frase lo
decepcionó un poco – Pero si no quieres ir a tu casa… supongo que podemos ir a
la mía.
-
¿Eh? – Sakura dio media vuelta esperando que el pequeño vocal lo
acompañara.
-
¿No quieres? – Tazawa no conocía su casa, sabía que solo Ikuo solía
compartir con Sakura en ambientes más privados, de pronto se sintió
privilegiado.
-
Si… si, te sigo – fue lo único capaz de decirle mientras luchaba con el
viento para poder llevarle el paso a Sakura, prácticamente casi corría a su
lado. Cerró el paraguas para poder caminar mejor junto a él, de todas formas ya
estaba empapado.
-
No vivo lejos, así que no vengo en auto – le explicó.
-
Sakura… no camines tan rápido, no puedo llevarte el paso… - Sakura le
sonrió al percatarse de cómo trotaba junto a él, olvidaba que al ser pequeño,
sus piernas también lo eran.
-
Suelo caminar así.
-
Te creo.
Durante dos cuadras Tazawa no dijo una sola palabra,
Sakura disfrutaba mucho el sonido de la lluvia y se reflejaba en sus ojos, el
vocal podía darse cuenta de ello, llevaba tanto tiempo observando a Sakura
desde su silencio que le era fácil notar cuando este se entusiasmaba por alguna
cosa, bien sabía, que solían ser cosas simples como la lluvia, algunos sonidos,
aromas o un par de sabores.
Un fuerte viento hizo que Tazawa debiera frenar el
paso. Sakura lo observó y se le escapó una carcajada.
-
Estoy seguro de que si no hubiera un edificio en frente de nosotros para
frenar la brisa, te hubieras volado.
-
No te rías de mi enanismo – le dijo Tazawa intentando divertirlo, tuvo
buen efecto. Sakura sonrió. Por impulso el vocal se sujetó del brazo del
batero, esperó ser alejado o recibir una respuesta burlesca con la que
encontraría como lidiar, sin embargo este no se inmutó, ni pareció sorprendido.
Finalmente entraron en un edificio y subieron al elevador, allí Tazawa sacudió
su cabello para liberar un par de gotas.
-
Pareces un cachorro – le dijo el batero mientras presionaba los botones
que los llevarían al séptimo piso. Tazawa no dijo nada, poco a poco comenzó a
sentirse alegre en su compañía aunque no menos nervioso. Al bajar del ascensor,
intentó memorizar el camino y el número de apartamento, tal vez algún día
podría visitarlo. – Pasa – le dijo una vez abierta la puerta. Por acto reflejo
intentó encender las luces pero tampoco había energía eléctrica allí, suspiró y
se quitó el abrigo junto con las botas – Encenderé la chimenea-
-
Gracias… - Tazawa entró con timidez al lugar no queriendo mojar nada
mientras su impermeable goteaba. – Lo lamento… - se disculpó cuando vio el piso
alfombrado un poco mojado por las gotas.
-
Descuida – el batero comenzó a acomodar los troncos de madera – Solo
deja todo colgado en las sillas, se secará en un rato. – Tazawa se quedó en
silencio quitándose cuidadosamente el impermeable. ¿Quitarse todo? Si tenía
hasta la ropa interior empapada. – ¿Quieres tomar un baño? – le dijo de pronto
Sakura, la pregunta le pareció muy extraña.
-
¿Eh? No, no… estoy bien así. – era primera vez que estaba allí y además
a solas con él, no sabía cómo comportarse.
-
Bueno, tendrás que esperar, porque yo si me daré un baño. – la chimenea
comenzó a encenderse poco a poco, solo las chispas del fuego consumiendo la
madera adornaba el silencio.
-
Si, está bien…- el batero desapareció dentro de las habitaciones. Mientras
tanto él se quitó la sudadera que llevaba debajo del impermeable, también
mojada a causa del viento. Entendió por qué Sakura le dijo lo de irse a casa,
sus manos estaban un poco moradas, se quitó los zapatos y caminó hasta la
chimenea colocando sus manos cerca del fuego – Aaah… se siente tan bien…
-
Ten – de pronto una toalla le cayó sobre la cabeza, se la quitó para mirarlo,
Sakura le estaba dejando más ropa sobre el sofá – Ponte esto, es un pijama
nuevo y te quedará gigante, pero está seco al menos. Cuelga todo lo demás en el
perchero y déjalo cerca del fuego.
-
Gra… cias…
-
¡Siéntete como en tu casa! – le dijo ya desde alguna de las
habitaciones. Solo se sintió más tranquilo cuando escucho una puerta cerrarse,
entonces analizó un poco la situación. Sakura lo había invitado a su casa, era
primera vez que lo hacía, probablemente no le desagradara entonces como había
pensando en tantas otras oportunidades. Lo que si sabía, es que se comportaba
de una forma más seria con él, pero aún así le estaba prestando ropa… Aunque no
quería sentir esperanzas una sonrisa se le escapó. Observó avergonzado las
prendas. La pijama si bien era solo una talla más grande, el pantalón le
quedaría largo. Notó que Sakura también había dejado un juego de ropa interior
nuevo. Tragó saliva, si se sentía abusar. Escuchó el agua de la ducha y decidió
cambiarse con rapidez, con temor de que Sakura pudiera aparecer en cualquier
momento y verlo desnudo.
Había
colgado la ropa alrededor del perchero y lo había puesto junto a la chimenea,
estaba relajado escuchando la lluvia y calentándose con el fuego cuando Sakura
apareció llevando unos jeans y una camiseta manga larga que le resaltaba los
músculos de los brazos. Tazawa se recordó así mismo que no debía quedarse sin
palabras o Sakura se percataría de su interés.
-
¿Quieres chocolate caliente o prefieres un café?
-
Oh, chocolate… por favor – se puso de pie escondiendo un poco el
perchero detrás de él, avergonzándose de que Sakura pudiera ver su ropa
interior. El batero descansó la mirada en él un par de segundos, haciendo que
se le erizaran los cabellos húmedos.
-
Te ves más pequeño aún. – dijo refiriéndose a la pijama.
-
Lo sé… me cubre las manos y los pies pero… estoy bien así. Gracias por
los calcetines y… la ropa interior.
-
¿Te quedo muy grande? – preguntó con tono burlesco que no pasó
desapercibido para Tazawa.
-
No – mintió, haciendo que a Sakura se le escapara una risa fuerte.
-
Ven a la cocina mejor – Tazawa lo siguió hasta la cocina, era tan
espaciosa como el living.
-
Tu departamento es bastante grande para alguien que vive solo… Ah,
¿vives solo? – vio a Sakura moverse con agilidad en la cocina preparando platillos,
café y chocolate.
-
En teoría si vivo solo, aunque estoy acostumbrado a recibir visitas,
supongo que por eso elegí algo menos pequeño.
-
¿Lo compraste hace mucho?
-
Ya van como cuatro años… Tuve una casa cerca de mi familia materna, pero
quedaba lejos y luego de que mamá murió… bueno… – hizo una mueca que no pasó
desapercibida para Tazawa, aún así no lo miró – No tuve razones para permanecer
allí, así que compré este departamento.
-
¿Vendiste esa casa?
-
No… no pude.
Tazawa estaba hechizado observando al Sakura sincero
que tenía en frente, pocas veces había hablado con él de aquella manera. Por
primera vez estando solos, podía observar su rostro mostrarle nuevas
expresiones que archivó en su cabeza.
-
Te aferras a los recuerdos… - susurró sin pensar como un eco de su
creencia sobre la figura de Sakura, a pesar de haberlo visto tan poco en
aquella situación, sentía que lo conocía más de lo que era capaz de medir.
-
Si… pero necesitaba tener otro lugar donde no extrañara tanto a otras
personas… el cambio de ambiente sirve mucho para comenzar de nuevo. – tendió el
chocolate caliente para Tazawa y se sentó con su café en la mano en frente de
él en la mesita, colocando un par de botanas dulces entre los dos.
-
Gracias… pero, ¿tú estás bien? –
Sakura se sorprendió por la pregunta.
-
Si… estoy bien… - intentó sonreírle pero se sintió incómodo.
-
Puedo…. ¿preguntar algo, Sakura? – él asintió. Tazawa apretó los labios
nervioso - ¿Yo no te agrado? – evitó mirarlo, enfocó sus ojos en el chocolate
caliente.
-
¿Por qué me preguntas eso? – el batero estaba sorprendido por la
pregunta.
-
Conmigo… es con el único con quien eres serio o con él único que no…
bromeas abiertamente como con los demás… A veces siento que evitas a toda costa
quedarte a solas conmigo. – los segundos pasaron, solo hubo silencio. Sakura
pensó en su respuesta, no quería hablar demás.
-
Si ese fuera el caso, tú solo te quedas callado en cuanto nos quedamos
solos, no bromeas conmigo como con los demás – la diferencia era que Sakura
intuía el por qué y Tazawa no.
-
Pero eso es porque… - lo miró descubriéndose así mismo casi confesando
sus sentimientos, frunció el ceño. Realmente no se concentraba cuando estaba
cerca de Sakura.
-
¿Por qué? – Tazawa no contestó, no se le ocurría como escapar de la
situación, Sakura lo ayudó, sabiendo que si lo obligaba a hablar sería él quien
no sabría cómo reaccionar - ¿Por qué no vamos a sentarnos junto al fuego? Así
tu cabello se secará un poco.
-
Si…
Sakura esperó a que Tazawa pasara primero
hacia el pasillo, en cuando el más pequeño lo hizo sintió la mano de Sakura
colocarse en la parte baja de su espalda para guiarlo hasta la sala. Sintió
escalofríos, era primera vez que lo tocaba.
Se sentaron en la alfombra en silencio,
ambos dieron un par de sorbos a sus tasas.
-
No debe ser divertido estar conmigo de esta manera… - susurró el vocal.
-
No saques deducciones innecesarias.- Tazawa estaba desanimado, con él
único con quien no hacía bromas era con él, y también era con quien siempre
permanecía callado. No esperaba que Sakura tuviera el mismo interés en él, pero
al menos esperaba agradarle un poco. Sin embargo a pesar de que él batero lo
negaba, parecía que le era desagradable su compañía. – Eres muy trasparente –
Sakura habló sin mirarlo – Basta con observarte los ojos para saber cómo te
sientes.
-
Oh, lo lamento, no quiero incomodarte, tal vez no sea importante… - “si
te gusto o no”, terminó la frase para él mismo solo en su mente sabiendo que
aquello era una mentira.
-
Ah… - suspiró – Me pones nervioso, por eso no bromeo contigo. – Tazawa
lo miró sorprendido.
-
¿Nervioso? ¿Nervioso mal? ¿Por qué?
-
No mal… solo que noto que me observas demasiado. De solo pensar en que…
lo que sea que descubras no te guste… - frunció el ceño, no continuó, Tazawa
necesitó que lo hiciera, porque en su mente estaba despertando una esperanza
que no imaginó podría ser tan potente.
-
Me gusta todo lo que veo en ti – balbuceó sin pensar nuevamente. Sakura
abrazó sus piernas y escondió el rostro, una postura que pilló desprevenido a
Tazawa. ¿Estaba avergonzado? ¿Estaba triste? No entendía.
-
Sakura… ¿Qué pasa? – el batero suspiró y volteó a mirarlo, su expresión
era dulce, hizo que Tazawa nuevamente se quedara sin palabras. De pronto el
vocal lo vio acercarse mucho para acomodarse más cerca de él, y sin saber cómo
reaccionar solo se quedó congelado cuando su rostro se acercó y apoyó su cabeza
en su hombro, escondiendo el rostro de sus ojos – Sakura… - soltó de la impresión.
-
¿Mm? –
-
Nada, no es nada – se quedó quieto disfrutando del tacto del batero. Nunca
lo había visto actuar de aquella manera con nadie, una sonrisa tonta jugaba con
sus labios, también un poco de rubor iba y venía en sus mejillas. Decir que
estaba feliz era quedarse corto. El sonido de la lluvia y el calor del fuego
hicieron de aquel silencio una atmosfera especial. – ¿Pue… puedo…?
-
¿Mm?
-
Esto… ¿Yo podría abrazarte Sakura? – tragó saliva de forma notoria.
Sakura se rió para sí mismo por los nervios de él, asintió lentamente, no
dudoso más bien un poco adormilado, estaba tan cómodo sintiendo el calor de Tazawa
que le costaba permanecer en el presente. El pequeño vocal sonrió y le rodeó
con sus brazos la espalda, dejando que sus dedos acariciaran sutilmente a
través de la ropa, no sabía si tocarlo así era abusar de su confianza, pero no
pudo reprimir las ganas.
¿Cuántos minutos transcurrieron? ¿Quince? ¿Tal vez
veinte? Ninguno de los dos estaba muy seguro, incluso Tazawa creyó que Sakura se
había dormido, hasta que este suspiró haciéndole notar que no, que al igual que
él solo disfrutaba en silencio.
-
¿Puedo…?
-
Solo hazlo – le pidió Sakura, con una voz un poco más ronca debido a lo
relajado que se sentía.
-
Ah… dijiste que… te importa lo que yo observe de ti… - Sakura se levantó
lentamente, uno de sus cabellos se había quedado enganchado en sus labios.
Tazawa lo miró estando tan cerca y sin pensarlo lo retiró, no se percató de lo
significativo del tacto en aquella cercanía, hasta que lo miró a los ojos, ambos se miraron, durante aquellos segundos
estuvo seguro de que no le era indiferente a Sakura, aunque así se lo hubiera
hecho sentir por tanto tiempo. También estaba seguro de que al batero no le era
fácil hablar sobre ello. Decidió intentar algo, porque Sakura no se alejó y
porque sus ojos parecían pedirlo… Con toda la timidez que lo caracterizaba,
tomó el rostro de Sakura entre un sus manos y lo acarició un poco. Y se atrevió,
como jamás pensó que lograría, a preguntar lo que tanto quería saber.
-
¿Puedo besarte, Sakura? – el batero abrió un poco los ojos, a pesar de
quererlo y ser claro en ello, no esperaba que Tazawa lo dijera en voz alta.
Pestañó un par de veces y como temía que la voz le fallara, solo asintió con la
cabeza.
Tazawa
estaba deslumbrado nuevamente, esta vez no era como las veces anteriores, esta
vez Sakura le estaba correspondiendo.
Se
acercó sintiendo al batero hacer lo mismo, sin embargo él apoyo su frente en la
suya para alargar el momento, el vocal pensó que no podría de la ansiedad e
imaginó sus tripas en su estómago bailando por los nervios. Sonrió sin ser
consciente de ello, entonces Sakura le besó la sonrisa. Fue un beso suave, de
aprecio, más similar a una caricia. Cuando el batero se quiso separar, Tazawa
no se lo permitió, con sus manos buscó profundizar el beso sintiéndose embelesado
por la sensación de la humedad de sus bocas. Sakura le permitió hacerlo y también
sonrió sin poder controlarlo. Cuando se separaron, solo el batero permaneció
con los ojos cerrados, Tazawa entre tanto sentía que no podía perderse cada
facción del rostro de él. Le gustaba hasta lo absurdo.
-
Siempre me ha importado que pienses de mí, tu más que nadie. – confesó
en un susurró antes de volver a recargar su rostro en su hombro. Tazawa tembló
un poco, Sakura al notarlo levantó el rostro y lo miró. - ¿Estás bien? – notó
que el pequeño vocal tenía los ojos un poco llorosos, sonrió como pudo.
-
Solo estoy feliz – Tazawa se rió nerviosamente enterneciendo a Sakura,
quien le dio un beso suave en la mejilla y rió con un poco de alivio, también
se sentía feliz, aunque para él los hechos eran más importantes que las
palabras. Aquel silencio y su entrega al momento hicieron que Tazawa no
tuvieras dudas al respecto; se querían.