martes, 11 de febrero de 2020

Rookies (ルーキーズ) por ~ De Lenfent



Hola, hola una vez más luego de tanto tiempo sin poder publicarles una pequeña reseña de alguna película o serie estoy de vuelta por lo menos por hoy. En esta ocasión les traigo un drama que he visto varias veces, que me mueve las emociones de la misma forma que la primera vez que la vi, ya tiene su tiempo de haber sido estrenada así que espero puedan darle la oportunidad. ¡Comencemos!

Rookies (ルーキーズ)




Drama estrenado en el año 2008 el cual cuenta con 11 capítulos, un especial y una película.

La trama nos cuenta la historia de un grupo de béisbol de instituto que por el momento está en pausa debido a acontecimientos pasados por lo cual todo el grupo ha sido amonestado en no poder participar por un año completo en partidos.

Un nuevo profesor ha sido contratado en el instituto a la vez que lo han puesto de cargado del grupo conflictivo de béisbol. Kawato les enseñara a sus nuevos chicos que no todo está perdido y que aún existe algo que ellos pueden hacer para alcanzar aquellos sueños que se han quedado estancados por acciones pasadas, pero no será un camino fácil, ni para el nuevo entrenador (que no sabe nada de béisbol) como para el grupo de conflictivos jóvenes jugadores a quienes les tendrá que enseñar que es la disciplina y ayudar a mejorar su conducta.

¿Qué me animo a verla?

Seamos sinceras y es que yo no soy de ver dramas con temática deportiva, yo voy más a lo romántico, pero buscado trabajos de Takeru Satoh llegue a este drama ¡QUE NO ME ARREPIENTO DE HABER VISTO! Como la primera entrada que hice  Satoh es mi actor favorito, así que le doy oportunidad a todos sus trabajos.

Un día dije ¿por qué no verla? Y ¡Vaya sorpresa la que me he llevado! No mentiré al decirles que quede atrapada desde el primer capítulo, poco a poco no solo veía a Okada Yuya (Takeru Satoh) sino que cada personaje me iba gustando más, cada personalidad de cada uno hacía que mis ojos en momentos se fuera hacía uno, luego hacia el otro, luego hacia un par, luego a un trio y finalmente todo el equipo de béisbol ya se encontraba completamente tallado en mi corazón.

Pero ¿Qué tal la trama?

Buena, demasiado buena, los actores y cada personalidad (si han leído el manga) a mi parecer bien representadas, en cuanto a aspecto físico…no tanto.

Kawato (Sato Ryuta) es tan genial, tan carismático, tan lleno de aura que si o si queres que a tu instituto, colegio, universidad, curso o lo que sea llegue alguien como él a decirte “los sueños se pueden cumplir, no te rindas y si pensas que vas a caer, aquí voy a estar para ayudarte” el actor supo como darle vida a un personaje tan lindo como lo es el entrenador.

En lo particular hay una escena que me conmueva el alma, la vida, el corazón y todas las exageraciones que ustedes deseen y es cuando Kawato le dice a Shinjo Kei (Shirota Yu) que él estará ahí en el momento que su mano hecha puño se habrá (parafraseo porque déjenme decirles que este drama lo vi hace años y la última vez que lo repetí igual fue hace años) leerla en el manga es bello, verla en live es preciosa.

Por otro lado tenemos a Aniya (Ichihara Hayato), el típico chico malo que fuma y tiene sexo, pero el que más inseguridades tiene y quien más desea cumplir ese sueño de llegar a  Koshien.

Shinjo Kei es ese niño que se ve rudo, que se ve es malo, intimidante y que todo lo quiere arreglar a golpes…realmente todos los miembros del equipo quieren arreglar las cosas peleando… pero es quien más valora la amistad de todo su equipo.

Tenemos a personajes un tanto bobos que son quienes le dan gracias al drama, como lo es Hiratsuka Taira (Kiritani Kenta) quien podríamos decir es el tonto del grupo y mejor amigo de Imaoka Shinobu (Onoue Hiroyuki) quien aconseje o le dice a Hiratsuka “No lo hagas” pero! Quienes hace las maldades típicas de estudiantes como lo son, verle la ropa interior a la enfermera del instituto.

 Así con todos los demás personajes quienes tienen personalidad bien marcadas y un espacio en el equipo de béisbol de Nikogaku.

 Lo bello de este drama es el ver como una persona que está rota puede llegar a coser a otras personas que también están rotas, como el vínculo se va forjando, como cada personaje crece y como la amistad puede mantener en pie una torre que parece no aguantar más…con un poco de ayuda y confianza y es que ¿acaso me van a decir que la adolescencia no es un dolor de hue…es una de las etapas difíciles de la vida?
Recomiendo verla, sé que les va a gustar y poco a poco el cariño a cada personaje del equipo ira creciendo, yo comencé a verla por takeru satoh pero Okada Yuya no pudo ocupar más espacio en mi corazón que Aniya Keiichi.

La película por su parte es una continuación de la serie, comenzando con el final de esta así como con uno que otro nuevo personaje. Y el especial es solo un resumen de dos horas de todo el drama.

Sin más nada que agregarles, termino aquí, deseándoles muy atrasadamente una feliz navidad y bello 2020.

Soy ~ De Lenfent nos leemos pronto.

Aquí les dejo para poder verla y el trailer



じゃあ、また。♥



viernes, 7 de febrero de 2020

One Shot: Cable a Tierra



Aki lo estaba evitando.

Estaba completamente seguro de ello y no es como si no fuera suficiente prueba el que prácticamente corrió lejos cada vez que lo llamó, pero el hecho de que le hubiera suplicado a Nao que intercambiaran lugares en entrevistas, grabaciones y sesiones solo cuando estás congeniaban con él, realmente fue un poco doloroso para Shohei, tal vez más que un poco.

Hace un par de meses no le hubiera importado, no es como si Aki no actuara extraño la mayoría del tiempo después de todo, éste se encerraba en sí mismo y solo dejaba lo peor para los demás, usualmente descargas, desahogos de rabia y frustración que solían demostrarse a través de una altísima y solemne exigencia en el trabajo, y sí era duro para todos los que le rodeaban pero para él, como vocalista y usualmente compositor o coproductor era aún peor, como si no pudiera dejar de luchar contra sus altos estándares, se dañaba una y otra vez así mismo, parecía que jamás estaba conforme.

Aquel espectáculo de lo que en algún momento fue para Shohei una complicada personalidad, ahora se resumía a un total entendimiento y admiración, incluso se sentía un poco inútil y conformista en comparación a Aki y aunque solía mediar entre él y sus compañeros porque sentía era su trabajo silencioso al llevarse bien con todos, ahora lo hacía desde cierta sintonía con el vocalista, una que los había acercado en los últimos meses.

Cuando Nao le confesó a Shohei que Aki había suplicado el intercambio de lugares, conservó la calma como el mediador que debía ser, Nao dio por hecho que él entendía la personalidad complicada de Aki y como si esa fuera una razón por sí misma ni siquiera habría que preguntar el por qué. Solo era Aki siendo Aki. Shohei no tendría que preocuparse, o eso se hubiera dicho un tiempo atrás. Ahora, al llegar a la soledad de su departamento, se lanzó a la cama y dio un fuerte suspiro que pareció salir desde la más profunda de sus entrañas, acariciándole un poco del dolor que se le acumulaba en la boca del estómago cada vez que se angustiaba.

En los últimos meses habían compartido cada momento juntos, incluso Aki había ido a su departamento en un par de ocasiones para jugar con la playstation, si se dormía Shohei se preocuparía de que fuera en un lugar seguro, si bebía, sería Shohei quien lo llevaría a casa, si estaba frustrado sería Shohei quien rompería junto a él las hojas con las melodías que no parecían ser suficiente para la satisfacción del vocal. De alguna manera  Shohei sintió que habían congeniado a tal nivel, que podía armonizar con su calma la rabia de Aki, no es que se creyera importante para el vocalista, simplemente se sentía útil para él en esos momentos. Al mismo tiempo fue cayendo en los detalles de sus actitudes, las rabietas infantiles, las risas tímidas que a veces le dedicaba, la manera en que escondía sus ojos al mentir, a pesar de que gruñía casi todo el tiempo a Shohei había comenzado a parecerle un poco adorable su personalidad.

Una noche en una comida posterior a un concierto, Nao entre bromas le dijo a Aki que parecía haber encontrado a la pareja perfecta en Shohei, alguien que por fin pudo domar su fiera personalidad. Todos rieron, habían estado bebiendo bastante después de todo como para preocuparse en la sensibilidad de alguien más, sin embargo para Shohei no pasó desapercibida la mueca del vocal ante ese comentario, el que al parecer lo molesto demasiado, ya que desde entonces lo había evitado a tal punto en que ni siquiera se habían topado en casi dos semanas. Catorce días que se le habían hecho una eternidad al bajista.

¿Por qué no lo llamó o le envió un mensaje? Se dijo así mismo que lo mejor sería darle espacio, pero luego de catorce días ya podía reconocer que la razón era que estaba asustado, en todos esos meses se había comportado de tal manera con el vocalista que sus actitudes daban qué pensar a los demás, y Aki era distraído pero nunca estúpido, Shohei pensó que se había incomodado con las atenciones que le había dado, tal vez incluso se sintió acosado, o tal vez… tal vez podía sospechar de que las miradas afectivas de Shohei no eran compatibles con la amistad que parecía profesar. Porque exactamente ese era el caso, y si Aki notaba esos sentimientos y los rechazaba, entonces Shohei sentía que se quebraría lo suficiente como para correr lejos, hasta recorrer el continente corriendo de Aki, como un Forrest Gump cuyos zapatos estaban demasiado limpios en un comienzo.

Shohei era una persona calma, compasiva y empática, solo se había enamorado una vez en su vida y fue tajantemente rechazado, por todos quienes sintió atracción la historia no fue muy distinta, era el prototipo del amigo pero nunca del “algo más” y, ¿Cómo podría alguien así cumplir con las altas expectativas de ese Aki que no dormía por una sola nota desentonada? Era imposible para él y lo sabía, por eso se quedó en silencio cuidando de él, porque el bajista no era exigente ni egoísta, como se había dicho así mismo al compararse con Aki, era un conformista, uno que ahora se preguntaba que había hecho mal.


━━━━━ •  • • • ━━━━━━


Aki estaba solo, él siempre estaba solo, entonces ¿Por qué se sentía tan incómodo con la soledad?

Solo eran las nueve de la noche, demasiado temprano para dormirse y hacerle un favor a su cerebro que parecía intentar entusiastamente deprimirlo. Aki era testarudo, pero ya habían pasado dos semanas y su fuerza de voluntad se había hecho añicos, ahora reconocía que extrañaba demasiado a Shohei.

Se sentó en el piso mientras cambiaba la televisión con el control remoto en las manos y la mirada ausente, le dio tres vueltas a la gran cantidad de canales pero ni siquiera se fijó realmente en la gran pantalla, su mente estaba inundada de un momento en específico en que su amigo le había sonreído de tal forma que Aki lo comparó con el sol. Y se sentía absurdo, porque él no era un romántico, ni se consideraba sentimental, pero no podía llamar con otro nombre a la manera en que Shohei sonreía tan descuidado y fresco directamente mirando sus ojos.

Aki admiraba su personalidad, estaba encantado cómo trataba las cargas de la vida como si siempre fueran ligeras y estas nunca le golpearan, cómo parecía tener una respuesta obvia, irónica y divertida a todo, era bromista, era cálido, entregaba abiertamente afecto a los demás y Aki se sentía un poco incómodo, porque se encontró así mismo siendo celoso, pero ¿Qué podía ofrecerle alguien como él al cálido Shohei? Él solo tenía una personalidad complicada, lo hartaría incluso en la amistad, estaba convencido de eso, pero incluso si no fuera así, ¿Cómo podía su aspecto si quiera gustarle? El bajista tenía el atractivo favorito por los fanáticos y él sentía envidia, no por él precisamente, sino que por todas aquellas personas que eran hermosas a tal punto en que te sentías obligado a mirarlas, él quería ser así desde hace un tiempo atrás, para ser mirado por Shohei.

Aki también se sentía absurdo cuando era consciente de sus deseos, porque eran infantiles, sentimentalmente patéticos y desvergonzados, y porque él no era nada de eso y todo lo que le quedaba era esforzarse por mantener una amistad que sabía perdería por sus enojos tarde o temprano. En ese momento, como en tantos otros, no se soportaba así mismo.

Tenía toda una madrugada amarga por delante cuando su móvil sonó, no le preocupaba demasiado el asunto de quién pudo enviarle un mensaje hasta que el nombre del contacto lo hizo levantarse de un salto.

La pantalla marcaba “Heihei”

Se recordó así mismo respirar, tal vez podría no leer el mensaje, sí, efectivamente eso sería lo mejor, continuar ignorándolo un tiempo más hasta que él pudiera dejar de sentir que se derretía por estar demasiado cerca de una sonrisa tan cálida como el sol. Tan solo necesitaba un poco más de tiempo para aprender a controlarse, después de todo no habían más opciones. El celular sonó otra vez y la curiosidad le pesó.

-          Puede ser un asunto de la banda, algo urgente – se excusó, aunque él esperaba que no fuera el caso.


HeiHei en línea

HeiHei: Oye, ¿estás dormido?
Enviado a las 10:12 pm.


Aki: Sabes que no me duermo temprano.
Enviado a las 10:16 pm




Heihei: Bien, porque quiero hablar contigo.
Enviado a las 10:16 pm




El vocal levantó una ceja, Shohei nunca confrontaba a nadie, siempre parecía querer llevar las aguas en calma, Aki lo llamaba Moisés a veces, por lo que sus palabras le causaron preocupación, tal vez sí había ocurrido algo con la banda.





Aki: ¿Qué ocurre?
Enviado a las 10:18




“Nada, solo te extraño” pensó Shohei en una respuesta sincera, claro que no fue lo que escribió.




Heihei: Es lo que quiero saber, ¿Qué ocurre?
Enviado a las 10:18





Aki: ¿Con qué?
Enviado a las 10:19




Shohei suspiró, le había costado todo su valor tomar el celular y enviar el primer mensaje, pero se dijo así mismo por alrededor de media hora que lo mejor era saber la verdad de una vez por todas, y cobarde como se sentía prefirió hablar por mensajes que mirar la cara del vocal cuando le negara por vergüenza ajena que no ocurría nada y de pasó lo rechazaría de manera sutil. Como el bajista se esperó que Aki tomara una cantidad de tiempo considerable para asumir que lo estaba evitando prefirió ser directo. Después de todo, cuando algo malo tiene que ocurrir, ¿Ocurrirá de todas maneras, no? Su conformismo le asqueaba así mismo, de todas formas optó por redactar un mensaje que defendiera un poco su congestionado corazón.




Shohei: Aki, voy a ser directo por el bien de la banda y de nuestra relación laboral. Sé que me estás evitando, y quise darte tu espacio por si mi presencia te causaba molestias, pero han transcurrido dos semanas y continuas con la misma actitud, quiero que lo aclaremos y si no tienes ganas de decirme qué te molestó puedes al menos ser directo y contarme qué pretendes que suceda de aquí en adelante, si quieres que te deje de hablar lo haré, si quieres que deje de coincidir tus entrevistas con las mías lo intentaré, pero seamos claros para evitar ambientes incomodos, no quiero que te sientas de esa manera y por favor, sé sincero y confía en que tomaré bien lo que me digas. Yo puedo entender perfectamente que te haya ahogado con mi presencia últimamente, tal vez hasta te ofendí sin notarlo, solo quiero que dejes de esforzarte por evitarme, si pretendes que no nos veamos, entonces yo puedo poner de mi parte también.
Enviado a las 10:26



Aki sintió un latido demasiado desincronizado y anormal en su pecho, ¿Eso le había dado a entender a Shohei? ¿Eso había pensado Shohei todo este tiempo? Aki no quería evitarlo para siempre, solo quería tenerlo lejos el tiempo suficiente como para aprender a mirar el sol sin lastimar sus ojos, pero no podía decirle eso.

Se sentó en el sofá y se puso de pie, se volvió a sentar y se dejó caer, ahogando un quejido en un cojín.

-          ¿Y ahora qué? – respiró profundamente. Entonces hizo lo único que creyó que sería una opción creíble. Ser el mismo chico inestable del que se mofaban de vez en cuando.



Aki: No te estoy evitando, simplemente creí que podrías tener mejores resultados con Nao y yo por mi lado con Tamon en las entrevistas o actividades públicas, creo que saturamos nuestra química con ir juntos a todos lados, no sé qué fue lo que creíste… ¿O es que estás bromeando? Estoy impresionado si no es así, no pensé fueras egocéntrico. No tengo nada personal contra ti.
Enviado a las 10:35




HeiHei ✓ Visto a las 10:35




Aki esperó un rato, pero no hubo respuesta.

Tomó un baño y volvió a revisar su móvil, pero aún no había respuestas.

A la media noche se fue a dormir, seguro de que Shohei no contestaría y sintiéndose sumamente culpable porque estaba seguro lo había lastimado.

Ya no tendría que esforzarse en evitarlo, probablemente él bajista ya no quisiera estar cerca de él, pero Aki pensó que eso sería mejor, se consideraba el tipo de persona que podría opacar con sus oscuros problemas al mismísimo sol.



━━━━━ •  • • • ━━━━━━

A la semana siguiente, el vocal nuevamente debía estar acompañado por Shohei para una entrevista y esta vez no le pidió a nadie intercambiar su lugar, se propuso demostrarle que nada ocurría. Antes de llegar a la estación de radio paso por Starbucks para comprar su malteada favorita y llevársela como muestra de paz.

Cuando Aki entró al lugar donde debía esperar con Shohei, Tamon estaba allí sentado y jugando con su celular.

-          ¿Y tú? – le preguntó notoriamente sorprendido.

-          Ah, hola – le dijo sin mirarlo aparentemente entretenido con lo que veía en internet. –Heihei me pidió que lo reemplazara.

-          ¿Por qué? – el tono en su pregunta era molesto, Tamon despegó los ojos de su celular para mirarlo con una mueca confusa – dijo algo como… que prefería ir con Nao por algo de la imagen o no sé qué, no le preste mucha atención – levantó los hombros – Aki, ¿Me trajiste una malteada? – el vocal lo miró aun molesto y cuando miró el vaso en su mano y luego la sonrisa de Tamon suspiró.

-          No, no me pude decidir y compré dos para mí.

-          ¿Ah? ¿Tanto te gusta derrochar el dinero? No seas así, dame una.

-          No. -  solo por asegurarse de que no continuara pidiéndolas, le dio una lamida a cada popote. Tamon chistó la lengua y con un puchero volvió a concentrar su atención en la pantalla. Aki suspiró antes de sentarse, en verdad, no le gustaban las malteadas como a Shohei, pero ahora bebería las dos como una manera de castigarse así mismo, porque sí, esto era su culpa. Estaba seguro de que si esta vez le preguntaba directamente, Shohei le respondería lo mismo que él en aquel mensaje.

A la siguiente actividad, Shohei tampoco llegó, Tamon comenzó a reemplazar a Shohei cada vez que tenía que ir junto a Aki, mientras el bajista compartía cada día más con Nao y lo que Aki encontraba más ridículo de todo eso, eran sus celos, cada vez que los tenía se castigaba y estaba casi seguro de que estaban comenzando a gustarle las malteadas.


━━━━━ •  • • • ━━━━━━

-          Que lluvia tan agresiva… HeiHei- llamó Nao cuando salían de una sesión de fotos y se paraban frente a las grandes puertas, afuera parecía que el cielo se caía con violencia.

-          Dime. – aunque su voz realmente no sonaba interesada, últimamente no lograba fingir el interés que debía, incluso había recibido un regaño por parte de la agencia, pero es que simplemente había días en que se aburría de sonreír a las cámaras y le era imposible no mostrarse distraído.

-          ¿Ocurre algo entre tú y Aki?

-          ¿Por?

-          Bueno – Nao sonó algo dudoso de continuar – es que ustedes dos estaban muy unidos últimamente y de golpe se dejaron de ver, Tamon ya me comentó que le pediste cambiar lugares… ¿Ustedes discutieron?

-          No, no ha pasado nada entre nosotros, Aki sugirió que debíamos cuidar nuestra “química” y evitar pasar mucho tiempo juntos, sobre todo en cuestiones públicas, yo solo lo obedecí.

-          Ya pero, llevan más de un mes sin verse en absoluto, ¿Realmente no ha pasado nada entre ustedes?

-          De verdad – suspiró sin querer darle más vueltas al asunto, miró a la lluvia caer distrayéndose nuevamente.

-          Bien, porque Heihei necesito pedirte un favor – Nao miró a Shohei que parecía no ponerle atención y le movió un brazo con ambas manos para que lo escuchara - ¿Puedes ir a buscar a Aki al Starbucks de la esquina del estudio? Le prometí ir por él pero un amigo acaba de llamarme por otra emergencia, ve por mí Heihei, ¿Si? ¿Sí? – Shohei frunció el ceño y pareció despertar de su sueño.

-          ¿Ah? ¿Ir por ti? ¿A dónde?

-          ¡Gracias Heihei! – Nao comenzó a abrochar su impermeable listo para salir.

-          ¿Gracias por qué?

-           Recuerda, Aki está en el Starbucks de la esquina del estudio, no tardes demasiado ya sabes cómo se pone si tiene que esperar, será un viaje corto desde allí a su casa pero si quieres ¿Cóbrale la gasolina? Él tiene que aprender a tomar su auto de vez en cuando antes de salir, esa cosa se le oxidará si nunca lo usa.

-          ¿Qué tiene que Aki esté en Starbucks? – Shohei aún continuaba confundido mirándolo, la idea de Aki en el café ya le era extraña, a él no le gustaba Starbucks, siempre lo había arrastrado allí por una malteada pero él solo pedía un café latte y aun así se quejaba.

-          Tierra llamando a Shohei, acabas de decirme que irás allá por él.

-          ¿Qué? ¡No! – Entonces por fin, Shohei pareció despertar de su sueño y distracción.

-          Sip, lo acabas de decir, nos vemos. – Nao salió corriendo, en parte por la lluvia y en otra porque temía que Shohei le dedicara una mirada asesina. En realidad Nao no tenía nada que hacer, él mismo le había sugerido a Aki reunirse para ir al cine, pero cuando habló con él esa mañana lo había notado deprimido al igual que varias semanas atrás y cuando fingió preguntar desinteresadamente por cómo estaba Shohei, fue que Nao lo entendió. Aki no preguntaba por nadie si no estaba realmente interesado y hace mucho Nao había notado que Aki estaba demasiado interesado en Shohei pero un poco después de eso parecía evitarlo, un empujón a un buen amigo se sentía como una buena acción o tal vez incluso  podría haber cumplido con su misión de vida. Ese pensamiento lo hizo reírse antes de llamar a Tamon con su móvil para invitarlo al cine en lugar de a Aki.

Shohei estacionó su auto fuera de Starbucks, podía ver al vocal de pie del otro lado de la puerta con una mirada refunfuñada, esperando… él odiaba esperar. Se hubiera reído por la diversión que le causaba su mirada si no hubiera sido porque dio con que estaba bebiendo una malteada y no cualquiera malteada si no que la favorita de él, la que Aki odiaba.

Cuando el vocalista aburrido miró al frente sus ojos se encontraron y aunque Shohei ya sabía que estaba ahí, se sintió sorprendido cuando sus ojos conectaron, no estaba seguro de si Aki podía sentir lo que él sentía cuando se miraban pero esperaba que no, ya que tal vez necesitaría a alguien que reanimara su corazón de ser necesario, no alguien que muriera junto a él del mismo infarto.


Aki miró un mensaje en su móvil:

Nao en línea

Nao: Ey, tuve una emergencia, le pedí a Heihei que fuera por ti, ¡Lo siento!
Enviado 18:46

El vocal cerró los ojos y contó un minuto entero antes de volver a abrirlos. No parecía muy convencido de ir al auto, pero Shohei movió la mano, llamándolo. Ambos suspiraron un poco nerviosos mientras la proximidad se hacía cada vez menor, cuando Aki avanzaba no parecía importarle el mojarse por lo que cuando subió al auto, el bajista no pudo contenerse.

-          ¿Dónde está tu impermeable? ¿Te quieres resfriar? – Aki hizo una mueca.

-          Deja de comportarte como una madre soltera. - la respuesta fría y despreocupada de Aki pareció hacer estallar algo en Shohei, algo contenido.

-          ¿Ahora también te molesta que me preocupe por ti? Incluso si puedes evitar tener que mirarme la cara todo el tiempo que te da la gana, no puedes hacer que no me preocupe por ti, ¿o también desearías que no me importaras? ¿Tan harto te tengo? – Aki arrugó el ceño.

-          ¿Qué te pasa? Yo soy el conflictivo aquí, no tú, ¿Por qué me estas atacando? Discúlpate. – Shohei en un impulso tomó uno de dos peluches grandes de perro que descansaban sobre el maletín de su auto y sin pensarlo dos veces comenzó a golpear con él a Aki, por supuesto que no le haría real daño, pero no lo estaba golpeando suavemente tampoco.

-          ¿Quién te está atacando, eh? ¿Quién te está atacando? – preguntó enojado – eres tú él que se ha comportado mal, ¿Por qué tendría que disculparme yo?

-          ¡Shohei! ¿Qué estás haciendo? Deja de golpearme, ¡Shohei! – cuando notó que el bajista no parecía querer aburrirse pronto de golpearlo, tomó el otro perro que estaba en frente y comenzó a golpearlo también, en medio del enojo y la extraña situación ambos estaban lo suficientemente enfadados como para golpearse con fuerza con los peluches, Aki no se detuvo a pesar de que los golpes en Shohei sonaban bastante fuertes, por su lado el bajista reclinó el asiento del vocal en un rápido movimiento para tomar otro peluche de un tigre que descansaba en la parte trasera, frente a la ventana de atrás, pero cuando Aki vio sus intenciones se movió más rápido y lo tomó, golpeando el peluche perro que tenía Shohei y dejándolo aparentemente sin armas.

Pero él no se iba a rendir en ese momento, y si hubiera sido el caso estaba seguro de que Aki lo golpearía hasta cansarse con un peluche en cada mano de todas maneras, se quitó la campera rápidamente y sosteniéndola firmemente de sus puños la estampo en la cara de Aki y lo empujó hacia atrás parecía querer ahogarlo, por acto reflejo el vocal lo pateo y los dos en un enredo de ropas, manos y peluches rodaron hasta la parte trasera del auto, donde el vocal se vio las manos sin sus armas.  De pronto Shohei lo golpeó con fuerza con su campera, el vocal lo miró anonadado.

-          Bien, si eso quieres – el vocal se quitó la campera y golpeó con ella el brazo del bajista, el sonido fue tal que pareció un azote, la campera de Aki estaba húmeda. Shohei miró la marca de la humedad en su brazo y frunció el ceño, comenzó a golpear a Aki sin detenerse, cuando éste se defendió ambos parecieron olvidar las camperas e intentaron sujetar las manos del otro defendiéndose de los golpes que estaban dispuestos a continuar dándose. De pronto se quedaron quietos, inmovilizados y fueron levemente conscientes de sus posiciones.

El vocal sujetaba con fuerza las caderas de Shohei con sus piernas, también tenía sujeta una mano firmemente contra su pecho, mientras que su mano izquierda estaba sostenida por sobre su cabeza, envuelta con fuerza por la del bajista. Se miraron jadeando, y realmente ninguno podría asegurar quien fue el que comenzó el beso, pero Aki estaba sorprendido por la fuerza con la que el bajista lo empujaba contra el asiento y parecía querer unirlo a él,  en un acto vengativo lo empujó con bastante fuerza hasta hacerlo distanciarse lo suficiente como para reaccionar, cuando sus ojos parecían comenzar a entrar en pánico Aki se balanceó sobre él, sentándose sobre sus caderas y moviendo las suyas de manera provocativa, aunque él no se había dado cuenta de ello hasta que las manos de Shohei las sujetaron y lo miró con detenimiento. Estaban en un estacionamiento, pero la lluvia realmente lo cubría todo a su alrededor, incluso con el parabrisas funcionando nadie desde afuera podría haber intuido lo que ocurría dentro, o al menos Aki esperó que nadie se preguntara porque los vidrios estaban tan empañados en primer lugar. Se quitaron las playeras en un enredo de manos lo suficientemente ansiosas como para romper el botón del pantalón del bajista, quien pareció no darse cuenta o solo olvidarlo cuando el vocal envolvió su erección con su mano y la masturbó sin querer detenerse a pensarlo dos veces.

Shohei bajó los pantalones del vocal y lo acercó más a él de modo que ambas entrepiernas se rozaran juntas, como dos amigos que comenzarían a conocerse demasiado bien. Frotó con dedicación ambas entrepiernas mientras Aki acariciaba con los dedos de su mano derecha las puntas de las erecciones y su mano izquierda clavaba sus uñas en el hombro del bajista, se movieron y solo pudieron mirarse a los ojos unos leves segundos, porque Aki tuvo miedo de despertar de ese sueño bajo esa mirada que lo desnudaba mucho más de lo que ya estaba, por lo que escondió el rostro en las clavículas del bajista mientras gemía un poco. Shohei respiró con dificultad mientras intentaba permanecer con la mirada concentrada en lo que estaba sucediendo, pero tuvo una fuerte necesidad que con cierta vergüenza verbalizó.

-          Aki, bésame. – exigió, pero él vocal no se movió – bésame… - repitió en tono que fue más similar a una súplica, el vocalista levantó su rostro rozando toda la piel de sus mejillas con la de Shohei antes de besarlo con suavidad, sus lenguas se buscaron para darle calor a la otra y el ritmo de la mano en Shohei comenzó a descender hasta que Aki comenzó a hacer de aquel beso una jugada intensa que le exigió a su mano ser más rápida, las caderas de ambos comenzaron a moverse buscando más alivio, entonces Shohei aplicó más fuerza a su agarre y continuó el movimiento impecable de su mano que ya estaba empapada en la humedad de ambos, el vocal gimió más fuerte entre besos mientras se movía sobre el bajista, éste se tensó y mientras se esforzaba por retener el orgasmo para no terminar antes que el vocal sus mejillas se pintaron de un fuerte rubor. Cuando Aki lo miró directamente a los ojos completamente perdido en la neblina previa al éxtasis, Shohei le sonrió y fue esa sonrisa como el sol la que lo hizo acabar temblando mientras se derraba en la mano del bajista y le permitía a éste ver su rostro en la peor de sus perdiciones. El vocal se permitió bajar la guardia en la ansiedad por ver lo que faltaba por suceder, acunó el rostro de Shohei en sus manos y le dio besos lentos en sus mejillas húmedas por el sudor, el cuerpo del más alto estaba comenzando a temblar mientras continuaba apretando su erección en su mano, la que vaciló cuando los dedos de Aki volvieron a acariciar la punta de su erección. Shohei se mordió el labio para evitar gemir cuando sintió el líquido cálido salir y cuando pensaba que estaba por dejar salir un vergonzoso jadeo, los labios del vocal se estamparon con los suyos en un beso que le quitó hasta el último aliento en medio del orgasmo.

Cuando esos labios se separaron, ambos tenían los ojos cerrados y cansados se sujetaron entre sí sin abrirlos por varios minutos.

La neblina en la cabeza de Shohei se dispersó lentamente, cuando conectó con la realidad las palabras sinceras brotaron solo porque sí, pero mantuvo a Aki abrazado a él, evitando que pudiera mirarlo.

-          Me gustas, no… no me gustas – se detuvo, el vocal pestañeó asustado y su cuerpo se tensó – te amo, te amo desde hace un tiempo, quiero cuidar de ti como una mamá solterona – Aki rió suavemente y abrazó con fuerza a Shohei, un poco dudoso de sus palabras, preguntándose si se debían al calor del momento.

-          ¿Estás seguro de lo que estás diciendo? – el bajista asintió - … - volvió a asentir por si no lo había escuchado - ¿Aunque sea conflictivo, dramático y depresivo? – volvió a asentir - ¿Aunque actué impulsivamente y a veces te grite de frustración? – asintió nuevamente. - ¿Y si peleamos demasiado?

-          Estaré preparado y llevaré siempre conmigo un par de peluches, para que las peleas terminen siempre de esta manera – Aki rió.

-          Realmente me golpeaste fuerte, eso fue muy… inesperado.

-          Estaba enojado – aceptó Shohei – no me hace feliz estar tanto tiempo sin verte. - El vocal lo miró apenado y depositó un suave beso en sus labios.

-          A mí tampoco… yo… tú… - Aki frunció el ceño. Shohei esperó – ¡te amo! – su tono se elevó una octava de voz antes de volver a abrazarse con fuerza al bajista, éste pestañeó varias veces antes de caer en que realmente escuchó lo que creyó.

-          Espera, ¿Todo este tiempo… nos hemos gustado mutuamente?

-          ¿Desde cuándo te gustó a ti? -  Shohei pensó un momento antes de contestar, Aki se separó para mirarlo. Contó los meses de caos en su corazón, le tomó tiempo darse cuenta de sus sentimientos y solo una vez que eso sucedió notó desde hace cuánto los tenía.

-          Nueve meses – rió – ¿Se podría decir que acabo de dar a luz el producto de nuestro amor? – le mostró a Aki su mano pegajosa, el vocal rió fuerte.

-          Pero te gané… me gustas desde hace más tiempo.

-          ¿Cuánto? – el bajista acarició con la nariz la mejilla sonrojada del vocal.

-          Como dos años o algo así – Aki levantó los hombros restándole importancia pero Shohei estaba sorprendido, realmente sorprendido. El vocalista lo besó porque temía que hiciera demasiadas preguntas vergonzosas, porque él lo había considerado desde hace mucho su sol, pero Shohei no tenía que saber más detalles sobre eso, porque tal vez se diera cuenta de que cada vez que se acercaban demasiado, el vocal solía buscar la manera de alejarse de él por un tiempo, de evitarlo, para volver a sujetar consigo la compostura y no cegarse mirando su sonrisa.  El bajista no tenía para qué saber que Aki había llorado porque lo extrañaba en esos dos años, porque tenía que mostrarse indiferente con él, porque sentía celos cuando salía con los demás y no lo invitaba a él, al conflictivo vocalista. Aki creyó que sería mejor que no se enterara que desde hace tiempo que su soledad no le acomodaba, y que la dimensión de sus sentimientos lo había hecho hasta soñar despierto con él, ahora no era necesario, él vocalista podría derretirse bajo el sol sin miedo a que esto fuera lo suficientemente evidente como para que el sol quiera huir con su luz lejos de él. Ahora, Aki podría abrazar al sol.



lunes, 20 de enero de 2020

One Shot: Insinuación




“Sora me gusta. Si tuviera que elegir, Sora sería mi novio.”

Eso fue lo que había dicho Chiaki cuando el periodista preguntó a quién elegirían como su novia ideal. Todos habían elegidos mujeres famosas menos el vocal que fue él último en responder, y por supuesto que todos se tomaron a broma su respuesta… todos, incluyendo a Sora.

El batero estaba furioso, Saz lo notó y le dio un sutil codazo mientras aún miraban hacía la cámara, pero aún así Sora no disimuló, le era imposible aparentar o esconder sus emociones, era un libro abierto cada vez que un asunto trataba de Chiaki. Y es que odiaba que su compañero bromeara con aquellas palabras, que eligiera el coqueteo como una manera de tontear en cualquier lugar, que descuidadamente lo tocara por jugar, ignorando completamente el significado que aquello pudiera tener para Sora. No eran amigos, Sora jamás lo consideró su amigo, no cuando Chiaki había escupido en su cara incansables veces que no estaba en sus planes entablar amistad con su propia banda, y ese fue de hecho otro motivo por el que Sora debió odiarlo desde el comienzo y efectivamente lo había hecho, pero no duró demasiado tiempo porque este vocalista de indomable lengua, había comenzado con su insensato juego.

Sora no entendía por qué lo adulaba en público o lo destacaba en sus redes sociales desde que las tenía. Tampoco entendía por qué parecía tener una profunda preferencia con él frente a todos, pero al momento en que se quedaban a solas para si quiera compartir un poco, escapaba a punta de excusas pobres, por lo que Sora se había hecho la idea de que sus juegos no eran más que eso, juegos, y que no había ni el más mínimo interés detrás de ellos.

Habían transcurrido demasiados años desde que formaron la banda, lo suficientes como para que Sora hubiera aprendido a conocer a Chiaki con sus molestas costumbres, su contagiosa negatividad y su mal hábito de insultar e inferiorizar cualquier asunto solo por gusto. Era una persona que podrías desear que no estuviera, pero que cuando precisamente eso era lo que ocurría, hacía falta… O tal vez era que para Sora desde hacía mucho tiempo atrás, tenía más importancia que una simple y presente molestia que solo estaba allí.

Sora no podría decir si fueron sus juegos los que llamarón su atención, pero se descubrió así mismo sintiendo una inesperada autentica felicidad cada vez que Chiaki le dedicaba una sonrisa en el camarín, cuando nadie más los estaba mirando. No era precisamente un momento privado pero era exactamente como lo hacía sentir. A veces podía devolverle la sonrisa, otras veces se avergonzaba demasiado de la idea de ser descubierto sonriéndole. También estaba el asunto de sus detalles, nadie le daba mejores obsequios de cumpleaños que Chiaki, nadie más, ni el mismo staff sabía cuál era su café y pastel favorito, desayuno que solía aparecer en su estudio por obra de magia cuando no había nadie más allí que el mismo vocal. Aunque claro, él nunca admitiría haber gastado de su dinero en alguien más. Sora se descubrió a sí mismo sintiendo celos cuando Chiaki aduló en un par de ocasiones a Saz durante los ensayos, había estado tan enfadado que se había retirado temprano para ir hasta su casa y encerrarse a matar zombies en su playstation. Se sabía interesado, ya lo había asumido para sí mismo porque no podía contenerse cuando se trataba de él, pero eso no le había dado fácilmente la seguridad de tomar la iniciativa y arriesgarse a ser rechazado. Justamente el día previo a aquella entrevista se atrevió.

-          Oye Chi… – lo llamó cuando se lo encontró en el baño por primera vez a solas en muchos meses, y no es que el momento de estar orinando uno junto al otro sea el mejor para una invitación, pero es que realmente él creyó que no habría otra oportunidad dentro de los próximos meses - ¿Te parece si vamos a beber algo? Cerca de aquí, abrieron un…

-          No – contestó con una voz incómoda – Estoy dándole clases de guitarra a un amigo por la noche.

Si no hubiera utilizado ese tono incómodo que hizo sentir a Sora estúpidamente avergonzado por el rechazo, tal vez se hubiera atrevido a insistir por una invitación en otro horario, pero vio demasiado evidente el desinterés de Chiaki y creyó que lo demás era solo una simple excusa. Ninguno agregó nada más, aunque el vocal pareció querer despedirse cuando colocó en la manilla de la puerta antes de salir, en ese momento otra persona entró y ya no estuvieron solos, por lo que no había nada que decir.

Ahora estaban allí, frente a la cámara, y Sora ya no quería reír o hacerse el avergonzado por los elogios de Chiaki. Estaba molesto, asquerosamente enfadado a tal punto que quería irse a su casa a matar zombies otra vez.

Cuando salieron del lugar, el animado Chiaki molestó a Miyako.

-          ¿Beyoncé? ¿De verdad? ¿No crees que tus expectativas están un poco por sobre la media? – le dijo antes de reír a carcajadas fuertes. Sora caminaba por delante de ellos.

-          Se vale soñar, déjalo – le pidió Saz aunque también se reía - ¿Y tú? ¿Desde cuándo tan gay?

-          ¿Ah? Pfff, no soy gay, solo me gusta Sora – el batero apretó los labios y se negó a voltear para caer en su juego.

-          Eso te hace g-a-y – enfatizó Saz– Aunque a veces no lo parece, Sora es hombre Chiaki– entonces todos comenzaron a reír, y fue cuando el batero creyó que no soportaría más, porque como cada vez que estaba enfadado no podía soportar la alegría en un rango de 2 kilómetros de él.

-          ¿Hay algo más para hoy o me puedo ir? – la voz enfadada de Sora no pasó inadvertida para sus compañeros de banda. Su manager contestó un poco nervioso.

-          No… no. Puedes irte – en cuanto escuchó la respuesta de inmediato comenzó a caminar hacia la salida, pero entonces fue detenido por una desvergonzada pregunta.

-          Oye Sora, ayer mencionaste que abrieron un local para que fuéramos a beber. ¿Dónde queda? ¿No quieren que vayamos todos juntos? – preguntó el vocal. Inmediatamente Saz y Miyako asintieron. Sora se sintió descubierto y un poco herido, pero eso era fácil de disimular con el enfado.

-          ¿Nos dirás cuál es? – insistió Saz esta vez. Ninguno se subió al auto que los debía llevar a todos de vuelta al estudio o donde quiera que quisieran ir. Sora había pensado irse por su cuenta pero ya no estaba tan seguro, si se marchaba la única vez que Chiaki aceptaba una invitación fuera de las dependencias del trabajo se arrepentiría. Además, había elegido ese local por una razón especial, la misma que ahora le hacía difícil contestar la pregunta de Saz. Pensó en otro lugar, pero realmente no pudo dar con uno que estuviera cerca del estudio y que fuera desconocido o relativamente nuevo para ellos, tuvo que decir la verdad.

-          Está a dos calles del estudio, en un segundo piso… es bastante… privado, no nos reconocerán – aseguró.

-          ¡Entonces vamos! – respondió Chiaki, luego todos subieron al auto. Esta vez el vocal se sentó junto al baterista en los asientos de adelante, mientras que Saz masajeó los hombros de Miyako porque este se quejaba de dolor muscular por sostener la guitarra.

-          ¿Micchan y así te quieres poner encima a Beyoncé? – se burló el vocal.

-          Tú te quieres poner encima a Sora, así que no te burles de mí – contraatacó quien no solía defenderse de las bromas ácidas del vocal.

-          ¡Ouch! – le respondió Chiaki riendo sin ninguna vergüenza por su respuesta ni por él baterista que se tensaba a su lado – Micchan se está haciendo respetar. Ah… Sora – cambió el tema sin ningún tapujo – Me gusta cómo te ves hoy – ahí iba de nuevo– Ese corte de cabello te queda mejor ahora que se ha desalineado un poco por el frente al crecer – con un dedo tomó uno de los cabellos de Sora y lo acomodó en su lugar detrás de su oreja, luego se volteó a mirar a la ventana sin agregar nada más. Sora lo miró complicado, ya no sabía que caminos tomar con él. Cuando lo sentía acercarse, luego se alejaba con rapidez y el batero debía recordarse que para Chiaki todo lo que hacía y decía no eran más que juegos.

Sora quiso tocarlo, solo por sentir la textura de su piel, nunca tocaba a Chiaki a pesar de que este si lo hacía sin siquiera pedir permiso. Lo miró con atención y aunque pensó en declinar su idea cuando observó los ojos cerrados del vocal en el reflejo de la ventana, el impulso fue más grande y con el dedo índice acarició la piel de su pierna que quedaba al descubierto entre los rasgados jeans. Este no se inmutó y en silencio, a escondidas de los dos que estaban sentados detrás de él, el vocal tomó su mano. No se volteó a mirarlo cuando solo sujeto su mano con la suya, dejándolas descansar en su pierna. Sora miró impaciente al frente esperando que nadie los viera, Chiaki por su lado continuaba con los ojos cerrados y la cara girada hacia la ventana.

Las esperanzas de Sora comenzaron a derribar las barreras que él mismo se había impuesto. Permanecieron de esa manera hasta que él manager volteó para pedir más instrucciones de la dirección. El batero quiso volver a tomar su mano, pero quedaba poco camino y se preocupó en parecer desesperado.

Sora era serio cuando se trataba de asuntos importantes, a diferencia de Chiaki, que parecía tener un talento para hacer de cualquier cuestión un asunto del cual reírse o simplemente quitarle importancia. A menudo aquello los hacía sentir ridiculizados, por eso cuando llegaron al local del que Sora había hablado, tragó saliva nervioso, esperando las burlas.

-          ¿Este es…? – comenzó a preguntar Miyako.

-          Un bar para parejas – respondió Saz, notando como cada mesa solo contenía dos asientos y estaban sumamente separadas entre sí por grandes espacios, además de cortinas para mayor privacidad. Algunos de los lugares tenían sofás que posiblemente fueran para quienes querían mayor contacto. Se miraron dudosos, preguntándose si debían marcharse o no, pero fue Chiaki el primero en avanzar hasta uno de los asientos con grandes sofás. Si se acomodaban podrían caber todos. Saz y Miyako se sentaron más cerca entre ellos ya que Chiaki sin ningún tapujo mantuvo las piernas abiertas tomándose mayor espacio para él, luego Sora se sentó a su lado, con la mirada baja. El sofá rodaba la mesa y todos dejaron sobre ella sus pertenencias de manera descuidada y comenzaron a leer el menú que descansaba en ella.

-          Sora – preguntó Saz - ¿Te diste cuenta que este era un bar de parejas? – la cara de Sora hizo estallar en una carcajada a Chiaki.

-          Probablemente no, ayer me había invitado aquí– molestó – Qué bueno que no vinimos o no me hubiera hecho responsable de lo que hubiera sucedido si nos quedamos solos tras una de estas cortinas.

-          Chi, harás que Sora se traume – le dijo en un tono amigable el guitarrista.

-          Así que invitaste a Chiaki aquí – la voz del bajista sonó incrédula, luego suspiró. Cuando Sora mantenía la mirada baja, Saz lo conocía bien y desde hace tiempo que albergaba ideas sobre el interés del batero en el vocal, por lo que intentó algo–  Aquí solo venden bebestibles, quisiera comer algo más… más. Micchan, ¿vamos a comprar una pizza en frente? Ustedes pidan nuestras cervezas mientras– ambos asintieron mientras veían a los otros dos salir del local. A pesar de que el otro lado del sofá se desocupó Chiaki se mantuvo pegado a él.

De pronto el silencio se instaló entre ambos y el ceño fruncido en Sora hizo que Chiaki comenzara a reír relajadamente.

-          Últimamente te ves bastante estresado Sora. ¿Ese no suelo ser yo?

-          Tú estás más relajado, también más burlesco – “más alegre, más divertido, más creativo”, pensó.

-          Sí, creo que estoy satisfecho con lo que estamos haciendo y también me siento más cómodo en la posición en que estamos – su voz sonó seria por primera vez en el día. Sora acomodó sus codos en la mesa y miró intensamente a Chiaki unos instantes, no podía mirarlo de otra manera. Cuando estaba a punto de decir algo, llegó una camarera a tomarles el pedido de licor, y cuando esta se fue, el vocal se puso de pie y cerró las cortinas.

-          ¿Qué haces? – Sora recordó lo que había dicho: “qué bueno que no vinimos o no me hubiera hecho responsable de lo que hubiera sucedido si nos quedamos solos tras una de estas cortinas. “

-          Solo evito que nos interrumpan– el corazón de Sora dio un brinco y su mente reaccionó con alerta. Probablemente se tratara de un nuevo juego de Chiaki, y si ese fuera el caso, estaba seguro de que estallaría ahí mismo.  No le dijo nada, puso mala cara y se cruzó de brazos acomodándose en el respaldo del sofá. El vocal suspiró – Sora, no seas así. ¿Qué acaso el mensaje no es directo?

-          ¿Qué?

-          Acabo de cerrar las cortinas – le señaló lo evidente con un dedo – En un bar de parejas – recalcó nuevamente lo obvio – Y estamos a solas– le dio una media sonrisa. Parecía a punto de romper a reír en carcajadas. Sora frunció el ceño complicado sin saber cómo reaccionar: ¿Nuevamente era una broma? Porque si se atrevía a dar un paso en falso y efectivamente lo era, Chiaki se reiría de él por las próximas tres décadas. Pero… ¿Y si no lo era? Una persona normal no elegiría esas palabras ni esas acciones para confesar o dejar en claro sus intenciones, o eso fue lo que se dijo Sora para evitar caer en una acción de la que se podría arrepentir.

El vocal esperó pacientemente a que el debate interno de Sora se desarrollara, lo miraba divertido mientras recargaba su rostro en una mano, o al menos esa impresión le daba al baterista. De pronto el pedido de licor llegó, y ambos tuvieron un momento para alejar los ojos del otro, pero cuando nuevamente se quedaron solos, Chiaki pareció no querer esperar más. Se acercó a Sora y tomó su rostro entre sus manos, el batero estaba tan sorprendido que no atinó a alejarlo ni siquiera por una reacción de supervivencia.

-          ¿Bésame? – preguntó en un tono ronco, de modo que Sora realmente creyó por un instante que no estaba jugando, pero considerando la actitud usual de Chiaki temía que en cuanto se acercara este comenzara a reír. Los ojos de Chiaki brillaban en la espera, entonces a Sora se le ocurrió un contraataque.

-          Bésame – le pidió en un tono que pareció a exigencia. Se dijo así mismo que el vocal no llegaría tan lejos como para besarlo a modo de juego y si lo hacía, bien, si lo hacía él correspondería. Chiaki hizo una mueca y preguntó estando sumamente cerca de su boca.

-          ¿Eso quieres? – fue la cercanía la que hizo que Sora olvidara su defensa cuando asintió ante esa pregunta y acto seguido, Chiaki estaba riendo.

Ofendido estaba por ponerse de pie cuando Chiaki tomó su brazo y lo jaló de vuelta al sofá. Sora no alcanzó a dirigirle palabra alguna cuando sus labios ya habían sido sellados por los labios carnosos del vocal. Le tomó cuatro segundos creérselo.

Sí, Chiaki lo estaba besando.

Si Chiaki estaba jugando o no, Sora no quería averiguarlo.

En el momento en que cerró los ojos para disfrutar del tacto se vio así mismo buscando de manera casi desesperada la lengua del vocal. Cuando este abrió más la boca para concederle aquel roce un leve gemido escapó de la garganta del propio Sora, se avergonzó de sí mismo cuando comenzó a ser consciente de que había empujado a Chiaki al sofá y él mismo se había recostado sobre él. ¿En qué momento había perdido el control? Al alejarse un poco de Chiaki, escondió el rostro en su cuello y se incrustó con presión en él, como si no se atreviera a volver a verle la cara nunca más. La respiración del vocal estaba acelerada y sus piernas habían sido separadas por una del batero.

-          Mierda Sora, sí estabas tan contenido no creo que este sea el lugar al que debías invitarme -  Sora no respondió.

¿Por qué Chiaki tenía que continuar bromeando?  ¿Cómo podía calificar esas palabras? ¿Había caído en su juego? ¿Se burlaría de él tres décadas? Pensó en recoger lo poco que quedaba de su orgullo, cuando sintió que Chiaki se inclinaba para depositar un suave beso en su sien, mientras sus dedos comenzaban a acariciar su cabello con bastante gentileza. Aquel gesto tierno lo mantuvo allí, pensó que si iba a ser el centro de sus burlas en el futuro al menos disfrutaría un momento de lo que estaba ocurriendo, de todas maneras ya había caído, y después de pensar en lo bien que se sintió besarlo, hasta se convenció de que valdría la pena.

-          ¿Deberíamos levantarnos? Los otros deben llegar en cualquier momento – algo en su tono le hizo pensar que quería moverse tan poco como él- ¿Sora?

-          ¿Qué? – preguntó desde su escondite aún en el cuello de Chiaki.

-          ¿Qué haces?  Aléjate un poco, me estás acalorando– Sora no se movió - ¿Me escuchaste? – Sora pensó que desde su escondite podría preguntar. Si las respuestas le herían, podría esconder sus ojos.

-          ¿Estás… - le costó mantener la voz sin temblores, y sabía que no pasaba desapercibido para Chiaki su tono – jugando otra vez?

El vocal bufó.

-          Nunca he jugado– Sora frunció el ceño y realmente no le creyó, como si Chiaki hubiera deducido aquello continuó – Si dije que me gustas, es porque me gustas. Si dije que si pudiera elegir, te elegiría, es porque lo haría– el vocal suspiró – Eres más lento de lo que creí, ¿acaso me has visto actuar de esta manera con alguien más?

-          Tú… - Sora se atrevió a levantar el rostro, necesitaba comprobar en los ojos de Chiaki la veracidad de sus palabras - ¿Ya sabías…que me… gustas?  - el vocal levantó los hombros mirándolo desde abajo.

-          Lo intuí. Claro que no podía estar seguro, por eso te pedí que me besaras, si no lo hacías podía fingir que todo fue un juego. Pero realmente eres muy malo tomando la iniciativa.

-          Tú me tienes traumado con tus burlas – Sora hizo un puchero, aunque este no tardó en desaparecer- ¿Entonces…?  ¿Todo este tiempo de burlas fue porque yo… te gusto?

-          Quería llamar tu atención– levantó los hombros nuevamente, parecía querer restarle importancia a todo. Sora necesitaba más reacciones por parte de Chiaki, aún no se convencía de que este estuviera hablando en serio. Como si hubiera podido leerlo, el vocal le aseguró – Me río mucho cuando estás cerca. Tal vez son los nervios, no puedo controlarlo. Sé que te he dado la impresión equivocada, aunque admito que verte frustrado es un poco divertido. Eres tan niño, Sora – la punta del dedo del vocal jugó con la nariz del baterista en unas caricias sutiles. Chiaki se inclinó para besarlo como si de aquella manera pudiera darle más peso a sus palabras. Esta vez el beso fue más gentil por parte de ambos, Sora tomó a Chiaki por debajo de los brazos y lo levantó consigo. Este se arrodilló en el sofá y continuó besando mientras le sujetaba el rostro con ambas manos, parecía que ninguno quería alejarse, hasta que la cortina se movió y un grito ahogado de Miyako los hizo detenerse.

Sora parecía el reflejo de espanto de Miyako. Saz por su parte levantó una ceja aún incrédulo, pero  Chiaki comenzó a reír. Esta vez él batero sabía que su risa era debido a sus nervios.

-          Está bien, está bien – dijo entre risas el vocal – Esta vez sí Saz, puedes decirme g-a-y.