-
Llegamos –
le dijo el vocal mientras lo arrastraba hasta el sofá. También estaba débil,
pero su mente funcionaba a mil por hora – Siéntate, ya vuelvo. – Sora lo miró
mientras Chiaki se quitaba la ropa de camino al baño. Se abrazó así mismo cuando comenzó a temblar y en cuestión de segundos Chaiki reapareció trayendo puesta una bata y con otra en la mano que le tendió a Sora tras quitarle la etiqueta – Ven, ayúdame a desvestirte – Sora levantó
los brazos mientras le quitaba la playera y luego se agachaba para
quitarle los tenis. – Tienes los labios morados… - sin pensarlo dos veces
dirigió sus manos hasta la bragueta del pantalón del batero, pero este lo
detuvo.
-
Yo lo hago –
le dijo algo tímido a pesar de saber que a duras penas podía moverse. Chiaki lo
miró sorprendido, luego se enterneció al mirar como Sora esperaba que este se
fuera para desnudarse.
-
Bien, estaré
en la cocina. Deja la ropa mojada en el suelo. – Sora esperó a que se fuera
para quitarse el pantalón y la ropa interior, se amarró la bata con dedos
temblorosos y notó que los dedos de sus pies estaban de color púrpura. El vocal
apareció llevando tazas y platillos hasta la mesa de centro.
-
¿Qué pasa?
-
Es que no
siento los dedos de los pies… - el batero lo miró realmente preocupado. Chi se
los observó poniendo mala cara.
-
Eso no se ve
bien… Déjame pensar… - el más alto lo vio correr por la cocina, nunca lo había
visto tan acelerado corriendo por todos lados, lo vio acercarse con una fuente
con agua que emanaba vapor. – Colócalos
aquí mientras – el mismo tomó los pies de Sora y los metió en el agua - ¿Quema?
– el otro negó – Usualmente esto si quemaría, realmente tienes los pies congelados…
si no cambian de color en unos minutos te llevaré al hospital.
-
¿Crees que
es muy grave, Chi?
-
Espero que
no. – lo miró sincero. Luego fue hasta la cocina para volver con los platillos
con sopa de verduras. – No es la gran cosa, pero lo había preparado para
cenar.
-
Está perfecto - Sora sopló un poco antes de llevarse la comida a la boca y sintió como bajaba caliente por su garganta hasta llegar a su estómago, de pronto un
hambre voraz le despertó y comenzó a comer con prisa. Chiaki lo miró
impresionado. Sabía que Sora comía más que él, pero nunca lo vio comer tan
rápido, en menos de dos minutos se había acabado el platillo.
-
¿Quieres
más?
-
Sí, por
favor – le dijo un poco más recompuesto, el vocal lo notó de inmediato y fue a
llenarle el plato.
-
¡Chi, mis
dedos ya volvieron a la normalidad! – volvió con su comida y se la
tendió, luego observó minuciosamente sus dedos.
-
Tienes razón…
-
Pero el agua está
perfecta, los dejaré allí un poco más - le dijo antes de volver a comenzar a
comer con la misma prisa. Chiaki comió un poco más aliviado de ver como la
situación cada vez volvía más a la normalidad.
-
Nos daremos
un baño cuando terminemos, así terminaremos de entrar en calor.
-
No sé si
quiero más agua – le dijo Sora. Chiaki rió sin muchas ganas.
-
El agua ya
está lista. – Sora lo miró mordiéndose la mejilla.
-
¿Nos bañaremos
juntos? – Chiaki lo miró dudoso.
-
Ya nos hemos
bañado juntos… pero si quieres nos bañamos por separado.
-
Mm… tú
primero. – el más pequeño lo miró sin comprender él por qué de su actitud, pero
no le preguntó, solo lo vio salir del baño y volver a sentarse en el sofá mojando sus pies en la fuente que ya debía estar un poco fría.
Chiaki
no tardó demasiado en la bañera, apresurándose para que Sora pudiera entrar en
ella y descongelar los músculos. Sentía que el batero estaba en peores condiciones. Cuando salió del baño lo miró y notó que tenía su celular en las manos.
Usualmente Sora no tomaba sus cosas, pero no le preocupó, estaba seguro que no
tenía nada que esconder, pero por alguna razón este lo miró confundido.
-
¿Sucede
algo? – negó – Hum… te dejé la bañera lista… - el más alto se puso de pie dejando el celular en el sofá y luego pasó junto a él sin mirarlo, al entrar al
baño cerró la puerta. Chiaki permaneció perplejo sin entender. Tomó su celular
y notó que estaba abierta la mensajería, había llegado un mensaje mientras
estaba en el baño. Era de Saz. Se sentó a leerlo.
“Lamento si fui muy duro
contigo, la idea de que dañes a conciencia a Sora me causa molestia. Sé que no
es tu intención… pero espero que pienses bien tus decisiones si se refieren a
él. Cuida de la banda, tal como yo
siempre cuidaré de ti.”
-
Mierda… - no
sabía cómo sentirse con respecto al mensaje, pero imaginó que sería la razón
del enfado de Sora. Fue hasta el baño y
tocó la puerta, como no respondió abrió. Vio al batero un poco sonrojado con
ojos curiosos dentro de la tina, caminó hasta él y se agachó para quedar a su
altura. – Leíste el mensaje. – asintió – Sora…
-
Tú y Saz me
ven como alguien a quien cuidar. – le dijo con tono serio. Chiaki le sonrió un
poco apenado pero no le respondió, con su mano le acarició la mejilla húmeda. –
Me enfada pensar que todo este tiempo han pensado en mí como si fuera alguien
inferior.
-
No es así –
el vocal acarició sus labios con un dedo. – Si te veo como un niño gran parte
del tiempo, pero eres tú quien me ha hecho sentir… protegido – confesó con
cierta vergüenza. – No pienses demasiado con respecto a las palabras de Saz. Son suyas, no mías.
-
Pero él te
quiere y tú le estas correspondiendo. – Chiaki lo miró en silencio - ¿Qué es lo
que quieres, Chi? ¿A Saz? ¿A mí? ¿A los dos?
-
Sora… - el vocal
se levantó un poco rodeando la tina para quedar por detrás del batero. Untó un
poco de shampoo en sus manos y comenzó a refregárselo por el cabello.
-
No sé qué es
lo que quieres y no sé si tú sabrás qué es lo que quieres pero… - bajó el
volumen de su voz hasta casi hacerla inaudible – Tengo miedo de que te alejes
de mí. – Chiaki comenzó a enjuagarle el cabello con cierta suavidad, se
mantuvieron en silencio durante ese instante y en cuanto terminó, sorprendió a Sora con un abrazo
desde su espalda. El batero se sonrojó al sentir la piel desnuda en la suya
mojada.
-
No me
alejaré de ti, te lo prometo. – le susurró cerca del oído. Sora cerró los ojos.
Estuvieron quietos alrededor de cinco minutos hasta que Chiaki comenzó a sentir frío.
-
Iré a la
cama… ¿vienes?
-
Te alcanzo –
le respondió.
Sora entró en la habitación llevando
la toalla sujeta a la cadera. Chiaki desde la cama le indicó con el dedo donde
le había dejado un pijama.
-
Puedo volver a casa… no es necesario
que me quede aquí – le dijo el batero. El vocal comprendió que continuaba
conflictuado por aquel mensaje de texto.
-
Te quedarás – sentenció en un tono
en que Sora no quiso contradecir, suspiró y se sentó en la cama. Con cuidado se
colocó la pijama sin quitarse la toalla con cierto pudor, Chiaki lo miró
divertido – Cuando estabas ebrio te vi todo. – lo miró risueño con ganas
de reírse a costillas de él.
-
Pero estaba ebrio… no suelo ser tan
desvergonzado. – el más bajo se volteó en la cama para darle un poco de
privacidad. Sora se vistió con prisa, con temor de que volteara en cualquier
momento.
-
¿Llamaste a Natsu para que avisara a
los demás?
-
Sí, eso hacía cuando llegó el
mensaje.
-
¿Y tu celular? – le preguntó Chiaki
aún de espaldas.
-
Se quedó en casa… no lo llevé a la
playa por la mañana.
-
Ah… ¿Ya terminaste de vestirte?
-
Ya casi, espera…
-
No sueles ser tan tímido.
-
Estoy enfadado, no quiero que me
veas – le dijo sincero, pero entonces Chiaki se volteó solo encontrando desnudo
medio cuerpo hacía arriba.
-
Buuuh… siquiera tuvieras algo más
que mostrar – lo molestó entrecerrando los ojos mientras buscaba con dificultad
algo entre sus piernas. Sora no pudo evitar reír.
-
Cerdo.
El batero gateó por
la cama hasta el rincón y se metió bajo las sábanas. En cuanto se incorporó
Chiaki se le acercó pegándose a él.
-
Tienes toda la cama, ¿por qué te
pegas a mí? – el vocal lo miró ofendido.
-
¿Por qué estás actuando de esta
manera? – Sora arrugó la frente - ¿Estás celoso? – rió notando el
por qué de todo – Cierto que me viste anoche con Sacchan, así que aún estás molesto por
eso.
-
Sí, estoy celoso – admitió. El más
pequeño soltó una carcajada fuerte y le dio un beso en la mejilla.
-
Sí eres un niño.
-
No, no lo soy – Sora notó que su
tono sonaba como un capricho, terminó por voltearse y darle la espalda.
Chiaki esperó largo
rato a que Sora volviera a hablar, pero como no lo hizo, se estiró hasta apagar
la luz de la lamparita. Cuando estuvieron a oscuras ambos se relajaron y
fueron más conscientes del nivel de cansancio que sentían.
-
Hoy… cuando te soltaste y no
te podía encontrar… realmente estaba muy asustado. – el batero volteó en su
dirección en medio de la oscuridad. – Por un momento pensé que realmente te
había perdido. Es un miedo que pensé que no volvería a experimentar a tal grado… Nunca pensé que habría otra persona tan importante para mí como lo fue… - se
calló no queriendo hablar realmente de su historia – El vacío que sentí por
unos segundos fue… - el batero buscó su mano en la oscuridad y la sostuvo entre
sus dedos.
-
Te sentías culpable, supongo que eso
acrecentó todo…
-
No – respondió tajante– Nada
de eso, el vacío que sentí fue al pensar en que te había perdido. – Sora se quedó en silencio procesando, no estando seguro de cómo tomar sus palabras.
Sintió a Chiaki removerse entre las sábanas hasta pegarse a él, buscó a tientas
su rostro y cuando lo encontró tomó sus mejillas entre sus manos. – No soy
bueno con las palabras Sora… - lo besó con delicadeza, acariciando su lengua
con cierta timidez. El batero tomó su cadera y lo acercó más a él devolviéndole el beso gustoso, incluso con algo más de ganas. Pensó en que nunca se aburriría
de los labios de Chiaki.
-
Chi… - susurró en cuanto se
separaron.
-
¿Mm?
-
Bésame otra vez- Chiaki obedeció, esta vez se le escapó una risita cuando el
batero apretó inconscientemente el costado de su abdomen - ¿Qué pasa? – le preguntó entre besos.
-
Cosquillas… - se abrazó a su
cuello mientras profundizaba el beso y Sora se posicionaba sobre él. Aunque
jamás se lo diría, le encantaba la sensación de tenerlo sobre su cuerpo.
-
Mm… Chi… - le susurró alejándose un
poco de sus labios, deslizando su nariz por su mejilla y besando su mentón con
una suavidad casi imperceptible.
-
¿Mm?
-
Me encantaría pasar la noche besándote
pero…
-
¿Pero?
-
Tengo mucho sueño… - le susurró
apenado. Chiaki soltó una carcajada fuerte y siguió riéndose contagiando
a Sora que estaba comenzando a dormitar.
– Lo lamento.
-
Descuida- se abrazó a él y giró
para recostarse de lado, esta vez Chiaki se acomodó para que fuera Sora quien
apoyara su cabeza en su brazo. En cuanto estuvieron cómodos, le acarició a tientas
el cabello. Fue solo cuestión de tiempo para escucharlo roncar suavemente.
Sora despertó por
la luz del sol alrededor del mediodía. Le dolía todo el cuerpo incluyendo la
garganta. Observó a Chiaki dormir con el ceño fruncido. Levantó la cabeza de su
brazo pensando en que tal vez lo tuviera entumido y lo acurrucó con la colchas,
luego se cubrió el rostro y continuó durmiendo.
Chiaki despertó de
calor, Sora se había pegado a él y parecía querer asfixiarlo con el agarre
fuerte de sus brazos y sus piernas. Lo apartó y este despertó. Ambos tenían una
maraña en su cabello, Chiaki se rió de Sora en cuanto lo miró y este hizo lo
mismo con él.
-
Que sexy – le dijo Chiaki
finalmente. Sora solo sonrió y se cubrió los ojos con un brazo. – Estoy muy
adolorido…
-
Yo también, siento como si hubiera
estado ensayando días sin parar… - el
vocal se estiró bostezando.
-
No me quiero levantar, pero por la
posición del sol asumo que ya es tarde.
-
Mm...
-
Sora… ¿Quieres seguir durmiendo? –
el batero asintió. Chiaki se abrazó a él quitando antes un par de colchas de la
cama y arrojándolas hacía atrás para aligerar levemente el calor. El más
pequeño apoyó su rostro en el pecho de Sora y no pudo evitar rozar con su dedo índice
la parte del abdomen que la playera no le cubría.
-
Mm... – se quejó el batero al sentir
un poco de cosquillas por debajo de su ombligo. A las caricias se le sumaron un
par de dedos más que terminaron acariciando la parte baja de su abdomen de forma
insinuante. Chiaki se acobardó un poco por lo que en vez de bajar con sus
caricias, subió.
Era consciente del nivel de excitación que le causaba Sora, y aunque la idea le inquietaba hasta la vergüenza, siempre en su compañía le surgían las ganas de dejarse llevar. Por su lado el batero mantenía los dedos de los pies tensos para controlar los efectos que tenían en él las caricias que le daba Chiaki. En un determinado momento no pudo evitar morderse el labio, estaba seguro de que en su entrepierna comenzaría a notarse aún más su necesidad. Chiaki se quedó quieto, y queriendo frenarse así mismo tomó un poco de distancia de Sora. Incómodo tragó saliva. El batero se destapó el rostro y lo vio dudoso, llevaba mucho tiempo soñando con sentir que le atraía físicamente, o al menos un cuarto de lo que le atraía a él.
Era consciente del nivel de excitación que le causaba Sora, y aunque la idea le inquietaba hasta la vergüenza, siempre en su compañía le surgían las ganas de dejarse llevar. Por su lado el batero mantenía los dedos de los pies tensos para controlar los efectos que tenían en él las caricias que le daba Chiaki. En un determinado momento no pudo evitar morderse el labio, estaba seguro de que en su entrepierna comenzaría a notarse aún más su necesidad. Chiaki se quedó quieto, y queriendo frenarse así mismo tomó un poco de distancia de Sora. Incómodo tragó saliva. El batero se destapó el rostro y lo vio dudoso, llevaba mucho tiempo soñando con sentir que le atraía físicamente, o al menos un cuarto de lo que le atraía a él.
Sora se armó de
valor y lo besó, un beso suave y casto, solo con él fin de hacerle saber que
sí, quería más. Chiaki le miró los labios y volvió a darle otro beso corto que
Sora volvió a responder, pero esta vez no se alejó de su boca hasta sentir su
lengua. El vocal le devolvió el beso pegándose a él y abrazándolo por sobre los
hombros. Sora hizo lo mismo perdiéndose
en los gruesos labios que tanto le gustaban. En cuanto se separaron, Sora besó
la mejilla de Chiaki pero notó que el vocal no pensaba detenerse y volvió a
buscar sus labios. El más alto se inclinó un poco dejando que un entusiasmado
Chiaki tomara el control, sabía que aquello le gustaría y le sería más cómodo
para continuar. El batero se sentía soñar tocando sus labios, no dejaba de
pensar en que le estaba correspondiendo con la misma efusividad, lo que indicaba
que realmente le gustaba. El vocal se posicionó sobre el batero y mientras
continuaba besándolo movió sus caderas en dirección a él, rozando sus
entrepiernas a través de la ropa. Sora sin pensar abrió las piernas para
permitir que Chiaki se acomodara entre ellas, cuando necesitó alejarse de sus
labios, el vocal arremetió lamiendo su cuello y lo único que atinó a hacer el batero
fue arañar cuidadosamente los brazos del más pequeño.
-
Mm… - se le escapó al batero cuando
sintió a Chiaki morder su cuello mientras continuaba frotándose contra él. El
vocal subió más hasta su rostro y volvió a besarlo.
-
Mm... – Chiaki no había sido capaz de
pensar en nada más que en lo bien que se sentía compartiendo aquella intimidad
con Sora. Por un segundo volvió a realidad y notó lo que estaba haciendo,
entonces se cubrió con las colchas de la cama, separando un poco sus labios de
los de Sora. El batero lo miró curioso mientras los cubría a los dos con
cuidado de no dejar espacios por donde entrara demasiada luz.
-
¿Qué haces? – se rió asombrado de su
pudor. Chiaki también se rió concediéndole aquello, pero no respondió, volvió
a besarlo. Sora colocó sus manos en las caderas del vocal metiendo
los dedos por debajo de su ropa y subiendo hasta tomarlo firmemente de ellas,
perdido en sus besos comenzó a moverse involuntariamente frotándose contra él
de la misma manera.
-
Mm… - Chiaki se separó de sus labios
y dando un par de besos en sus mejillas escondió el rostro pegando la boca a su
oído, dándole así a Sora el privilegio de escucharlo suspirar placenteramente.
Continuaron moviéndose sin dudar, sin pensar, los dos completamente cegados en
el disfrute del otro.
-
Aah… - el batero notó lo excitado
que estaba, le urgía abrirse el pantalón, por lo que dirigió su mano a la
agujeta del pijama, pero Chiaki la detuvo. El vocal se levantó un poco y lo
miró a los ojos en la suave luz que le brindaba estar debajo de las colchas.
Fue el vocal quien desabrochó las agujetas con una mano y luego intentó bajar
el pijama con algo de dificultad, entonces Sora levantó las caderas bajando el
pantalón de un tirón quedando solo con ropa interior. Chiaki lo miró a la
espera pero Sora lo miró un poco avergonzado.
-
Quítalo también... – le ordenó, el
batero hizo un puchero. Chiaki se rió bajito por su expresión y miró su entrepierna
mientras lo desnudaba, Sora miró hacia el lado y tragó saliva consciente de la
mirada del vocal. Chiaki suspiró enternecido y se desabrochó el pantalón bajándolo solo lo suficiente para descubrir su erección. Sora se impresionó
cuando lo notó y no pudo evitar mirarlo de la misma manera, se sintió nervioso,
no estaba seguro de cómo continuar. El vocal por otro lado volvió a besarlo quitándole la oportunidad de pensar demasiado.
-
Mm… - el batero sintió la textura de
la entrepierna de Chiaki rozándose con la suya. El vocal las tomó a ambas comenzando a frotarlas, Sora se mordió el labio mientras lo miraba. Chiaki cerró
los ojos mientras mordía su labio inferior y el batero se sintió temblar por la
visual.
-
Aah… - Chiaki volvió a inclinarse escondiendo el rostro junto al oído del batero, tomó firmemente ambas
entrepiernas con la mano derecha y movió
su cadera para sentir la fricción. Sora comprendió y comenzó a hacer lo mismo masturbándose con la mano de Chiaki.
-
Mm...
-
Aaah…
Sora besó la piel
del cuello de Chiaki que le era accesible y mantuvo sus manos acariciando sus
brazos, de a ratos metiéndose bajo su playera para tocar su cintura. Por alguna
razón le avergonzaba tocarlo mucho más, pensaba en que le molestaría considerando
como solía ser el vocal. Pensó en que
escucharlo suspirar en su oído de momento le era más que suficiente.
El vocal comenzó a
moverse a rápido aumentando también el sonido de su respiración. Sora lo
imitó. En algún momento volvieron a besarse, entonces Sora tomó su rostro y lo
acarició en cuanto separaron sus labios. Lo miró a los ojos embelesado.
-
Chi… - suspiró. El vocal cerró los
ojos sintiéndose un poco tembloroso, mordió su labio para evitar un
gemido que escapó de todas maneras como gimoteo. – Mm…
-
Mm…
- Aah… - Chiaki se inclinó hasta
apoyar su frente en la de Sora perdiendo un poco el equilibrio pero Sora lo
sostuvo. Ambos continuaron moviéndose. – Aah…
-
Oh… - el batero rozó con su dedo
índice el contorno del mentón de Chiaki mientras no dejaba de moverse, hasta
que el vocal tembló un poco y Sora volvió a sujetarlo colocando ambas manos en
su cintura, solo que no lo soltó más y comenzó a moverse arremetiendo contra la
mano que sujetaba firmemente ambas entrepiernas. Ambos comenzaron a temblar atentos
a los gestos del otro, sabían que no les quedaba mucho por acabar, las mejillas
de Sora se colocaron de un intenso rojo que excitó aún más a Chiaki. – Aahh…
Chi…– el más alto apretó los labios y cerró los ojos mientras los temblores
comenzaban. El calor le subió de golpe, y estuvo seguro que le temblaron
visiblemente hasta los brazos y los labios cuando el orgasmo le hizo abrir la
boca, aunque logró callar cualquier gemido. Inclinó un poco la espalda y
soltando a Chiaki cubrió su rostro con un brazo. El vocal lo miró victorioso y
soltó ambas entrepiernas dedicándole especial atención a la de Sora, dándole
pequeños toques con los dedos como si fuera una despedida. El batero respiraba
agitado y avergonzado, levantó un poco el brazo para encontrarse con los ojos
divertidos de Chiaki que además sonreía. Bajó la mirada hasta encontrar su
abdomen con un poco de los estragos del orgasmo y también notó que el vocal aún
no tenía el suyo. Entonces aún respirando agitado, se inclinó hasta él estirando la boca
para pedirle un beso. Chiaki respondió pero se sorprendió cuando sintió la mano
del más alto tomar su erección con fuerza y masturbarla dándole mayor atención
a la punta de esta, la que acarició con la palma de la mano. El vocal volvió a
esconder el rostro cerca de su oído, y aunque le era dificultoso a Sora
mantener el ritmo en aquella posición, no se detuvo.
-
Aah… Mm...
Chiaki se fue
encogiendo cada vez más sin dignarse a levantar el rostro, finalmente mantuvo
sus labios pegados al pecho de Sora sintiendo el orgasmo acercarse. En su
desesperación buscó algo que morder y encontrando solo un pezón de Sora como lo
más cercano, lo presionó entre los dientes, controlándose así mismo para no
dañarlo, aunque si lo mordió con fuerza. La sensación placentera por poco hizo
a Sora perder el ritmo en cuanto Chiaki comenzó a humedecer su mano, pero logró mantenerse firme para cuando la tensión y los posteriores temblores le
indicaron a Sora que ya había cumplido con su cometido.
-
Aaaaah… – Chiaki hundió cuanto
pudo el rostro en la piel de Sora hasta que el intenso orgasmo, más duradero de
lo usual, terminó del todo. Intentó no hacer ruidosa su respiración pero falló,
con los ojos cerrados se recostó junto a Sora.
El batero levantó
las piernas para mantener las sábanas en alto sintiéndose avergonzado en
aquella posición, evitó mirar a Chiaki que en cuanto abrió los ojos lo miró sin
entender.
-
¿Por qué te quedas así? – su voz ronca
le llamó la atención al batero.
-
No quiero ensuciar tus sábanas – le
susurró muy despacio, en un tono que por poco Chiaki no escuchó. El vocal se
inclinó y notó la cantidad de semen en el abdomen de Sora, el suyo y el propio,
se le salió una risotada que hizo al más alto fruncir el entrecejo más
avergonzado que molesto. El vocal se destapó y tomó una caja de pañuelos que
estaba en la mesita de junto, sacó varios de un tirón y luego limpió el abdomen
de Sora. Repitió tres veces el acto hasta que pareció estar seco, luego solo
lanzó los pañuelos sucios al piso.
-
¿Mejor así? – el batero asintió girándose para abrazarlo hundiendo esta vez él su rostro en el cuello del
vocal. – Ey… - Chiaki suspiró, desordenó
el cabello de Sora como si este fuera un niño – Tenemos que levantarnos, ya es
tarde.
-
No… estoy cansado, siento que podría
dormir diez días más.
-
Entonces quédate en la cama, yo
tengo que…. – Chiaki comenzó a levantarse pero Sora lo retuvo jalándolo hacia él
- ¿Qué?
-
Quédate solo un poco más…
-
Vamos Sora, no seas tan niño.
-
Pero vas a cambiar… - el batero lo
miró con cierta expresión triste.
-
¿Cambiar?
-
En cuanto salgamos y todo vuelva a
la normalidad, no vas a ser de esta forma conmigo – se volvió a abrazar a él escondiendo el rostro entre su cuello y su hombro – Me gustas más así, entre
las sábanas. – Chiaki tragó saliva pensando en que decir. Como era propio de él, las bromas le resultaban más
cómodas para salir de situaciones que le amenazaran el equilibrio emocional.
-
Eso suena a que solo te gusto para
poder…
-
No me importaría si solo habláramos
como anoche, pero si… lo que acaba de pasar me hace muy feliz. – Sora se separó
de él para mirarlo a los ojos, quería asegurarse de que entendiera sus
palabras. Chiaki lo miró un poco sonrojado, se acercó a él y cuando Sora pensó
que lo besaría y cerró los ojos para ello, recibió nuevamente una mordida en su
nariz - ¡Auch!
-
No me pongas incómodo, sabes que
también tengo sentimientos por ti. – la mirada de Sora cambió de ofendida a
sorprendida, pestañeó varias veces. Chiaki evitó su mirada pero finalmente se
le escapó una sonrisa avergonzada que intentó esconder volteándose para
levantarse, pero había sido tarde, Sora lo había visto.