La puerta sonó y Chiaki de inmediato se puso de pie y la abrió. Con la mirada baja, se percató de la
silueta de Sora en frente de él y le hizo espacio para dejarlo entrar. El
batero confundido lo miró extrañado mientras se quitaba los tenis, su
respiración acelerada delataba que se había apresurado para llegar allí.
-
Chi… - le susurró muy despacio al
notar sus ojos rojos de tanto llorar. El vocal, que no había levantado la mirada
en ningún momento, dio un paso hasta él y apoyó su frente en su pecho, presionando sus puños en el abrigo de Sora, uno a cada lado de su rostro – Chi… – un sollozo
se escapó del vocal. ¿Cómo se explicaría? No tenía idea ni quería hacerlo
realmente, simplemente necesitaba sentir a alguien cerca de él... de la manera en
que específicamente Sora le hacía sentir compañía. El batero lo abrazó, y bastó
conque lo presionara con un poco de fuerza contra él para que Chiaki se
rompiera.
-
Sora - la voz le sonó
extremadamente dolida haciendo que el más alto lo abrazara con más fuerza.
-
Aquí estoy, tranquilo... aquí estoy –
repitió sintiendo sus hombros temblar bajo su abrazo. Hundió el rostro en su
cabello y le escuchó exhalar de manera temblorosa, poco a poco sentía su cuerpo
encogerse, pero lo sujeto.
-
Aah… - rabeó consigo mismo por no
poder calmarse, los sollozos le atacaban como olas que arremetían una y otra
vez.
Sora
acarició su cabello varias veces, volteó un poco su rostro para besar su
cabello y continuar acariciándolo, a ratos bajaba su mano y acariciaba su
espalda. Durante alrededor de veinte minutos Chiaki permaneció allí tragando
saliva a momentos para intentar calmar su garganta, pero en ningún momento sus
manos soltaron el agarre de la ropa de Sora, lo necesitaba.
Respiró
profundamente un par de veces hasta que notó que se sentía mejor, las lágrimas
ya no caían aunque aún la presión en su pecho y el nudo en su garganta permanecían. No dejaba de pensar en su familia, lo que aquellos recuerdos
le hacían sentir.
Sora
lo arrastró hasta el sofá y se sentó en posición contraria a la usual para mantener
al vocal pegado a su pecho mientras se recostaba entre medio de sus piernas.
-
Lo lamento… - le dijo un avergonzado
Chiaki aún con voz afectada.
-
No… descuida… todo está bien. – al
vocal se le escapó un nuevo sollozo, tragó con dificultad pero logró no volver
a caer en su descontrolado desconsuelo al pensar en que no, no estaba bien. –
Shhh… - Sora acarició su cabello con una mano y con la otra palmeó su espalda – No estás solo… - acarició con sus dedos
la mejilla húmeda y congelada del vocal - Estas
frío… Vamos, te llevaré a la cama.
Sora
lo arrastró hasta su habitación sin despegarlo de su pecho, pero debió hacerlo
luego para ordenar las colchas de la cama. Se quitó el abrigo dejándolo colgando en la silla del escritorio del vocal, después se acercó a él, y tomó
sus manos para atraerlo. Chiaki no levantaba el rostro pero hacía cuanto podía
para acercarse a él. Verlo tan vulnerable le parecía extraño.
-
Ven aquí –
le pidió mientras se sentaba en la cama para que el vocal se acomodara entremedio
de sus piernas y pudiera así apoyarse en su pecho tal cual habían estado en el
sofá. El vocal se recostó y se acurrucó mientras Sora lo cubría, finalmente
ambos se acomodaron, y el batero permaneció acariciando los mechones del cabello
desordenados del más pequeño – Si tienes sueño puedes dormir… - no le respondió
– Yo no te dejaré solo, te cuidaré todo el tiempo. – Chiaki se removió
escondiendo el rostro.
-
No… - aclaró
la garganta – No quiero dormir…
-
¿Por qué no,
Chi? – el tono dulce de Sora le brindó cierta calidez, el vocal deslizó un dedo
en la piel desnuda del brazo de Sora dibujando formas invisibles en él.
-
Tengo
pesadillas - confesó.
-
¿Siempre? La
vez que me quedé, ¿tuviste?
-
No… esa vez
no…
-
Entonces… tu
subconsciente sabe que cuido de ti, y como estoy aquí no habrán más pesadillas
hoy. – a Chiaki se le escapó una sonrisa tímida.
-
Niño – le
dijo al batero, pero aquello ya no sonaba como un insulto. – Tu brazo esta
frío… recuéstate bajo las sábanas Sora. – su voz sonó más compuesta y el batero
lo notó.
-
Estoy bien
así… además estamos cómodos.
-
Que te
cubras. – el vocal se levantó para permitirle a Sora moverse hasta cubrirse los
hombros y así lo hizo, aunque no había querido decir nada al respecto, realmente
sentía los brazos congelados. Cerró los ojos disfrutando la calidez, Chiaki lo
observó y sonrió.- No debes tomarte tantas molestias… si tienes frío solo
abrígate.
-
No quería
romper la comodidad del momento - le susurró Sora como disculpa y abrió los
brazos para que de todas maneras, a pesar de cambiar la postura, Chiaki pudiera
abrazarse a él. Así lo hizo. – Tu estás calentito.
-
Mm... – Chiaki
acomodó su cabeza en su brazo y pegó su nariz a su cuello, le gustaba el olor
de Sora y la suavidad de su piel.
-
Chi…
-
¿Mm?
-
¿Ya estás… tranquilo?
-
Si… estoy
tranquilo – susurró mientras pasaba su brazo libre por la cintura de Sora abrazándolo, este acarició su espalda. Disfrutaba del tacto, aunque se decía así
mismo que solo estaba sucediendo aquello por la vulnerabilidad del vocal.
-
Entonces…
¿Fue una pesadilla? O… ¿Ocurrió algo? – Chiaki no respondió. – No te pediré
detalles, pero realmente me gustaría saber aquello…
-
Suena
estúpido admitir que me puse tan mal por una pesadilla… - susurró con una risa
amarga.
-
Entonces si
fue una pesadilla… Pero no es estúpido, a veces yo sueño con un perro que tenía
de niño y despierto muy triste. – Chiaki se alejó de él rompiendo el abrazo
pero manteniendo la cabeza apoyada en su brazo, con la distancia podía mirar el
rostro de Sora bajo la luz de la lámpara.
-
Sora… - este
lo miró esperando una respuesta. Desde que había llegado era la primera vez en
que Chiaki le permitía verle el rostro, el batero sintió angustia al ver el
estado de sus ojos hinchados y rojos, tenía un leve rubor en las mejillas. – Esto…
si alguna vez tú… - el más pequeño se calló y lo miró algo consternado, le
costaba pronunciar en voz alta palabras sensibles. El batero continuó esperando
– Si me necesitas… si tienes un mal sueño o… solo quieres compañía, también puedes
llamarme. Yo iré. – evitó mirarlo, y sintiendo el peso de la mirada
sorprendida del batero, se rascó la mejilla completamente avergonzado.
-
Pero Chi… tú
eres muy burlesco, te reirías de mi sueño. – Chiaki lo miró enfadado. Sora le
sonrió – Entiendo lo que dices, que cuente contigo. – el vocal asintió – Siempre lo he hecho.
-
Pero… -
suspiró, le molestaba tartamudear – Hazlo más.
-
¿Más?
-
Sí, más. – Sora
rió al verlo como un niño haciendo capricho.
-
Está bien,
lo haré más. – ambos rieron. Chiaki lo miró y se enterneció un poco por
su sonrisa, de cierta manera la presencia de Sora le aligeraba el peso
emocional. Levantó su mano y acarició con el dedo índice su mentón, por lo que Sora levantó
las cejas sorprendido y confundido, sin saber que decir. Volvió a repetirse que
probablemente se debía a su vulnerabilidad.
“No te ilusiones”.
-
¿Cómo te
sientes? – le preguntó mientras tomaba su mano y le acariciaba el dorso con los
dedos.
-
Expuesto. –
confesó. Sora frunció el ceño preocupado – Pero tranquilo… suelo sentirme así
contigo de todas maneras…
-
¿Tranquilo o
expuesto?
-
Expuesto… Sentirme tranquilo con ello es algo nuevo- intentó aclarar la voz, llorar le
había resecado la garganta. Sora le dio un beso en el dorso de la mano sin
pensar. Aquel gesto impulsó a Chiaki para seguir hablando – Cuando estoy
contigo siempre me nacen unas enormes ganas de ser más trasparente, y sin
pensarlo a veces lo soy, pero en cuanto lo pienso... surge la necesidad de
protegerme. – intentó explicarse – Lamento si en ello te he lastimado.
-
Chi… - Sora
se inclinó acercándose más a él. Chiaki levantó la nuca permitiendo que lo
hiciera y luego volvió a apoyarse en su brazo en cuanto el batero estuvo más
cerca... estaba realmente cerca – No necesitas protegerte conmigo, puedes ser
trasparente, yo no te haré daño… sabes de… de mis sentimientos por ti. No hay
nadie a quien yo quiera cuidar más que a ti – el más bajo tragó saliva.
-
¿Y quién te
cuidará de mí? – Sora lo miró, sus rostros estaban a muy pocos centímetros – Soy una persona muy tóxica para alguien como tú – Chiaki levantó la mano para acariciarle la mejilla – No soy una buena opción, Sora. – le dolía admitirlo pero
estaba siendo sincero como pocas veces lo había sido.
-
Me estas
subestimando, Chi. No soy tan débil como crees. – el batero lo miró un poco
herido y molesto.
-
No te
considero débil, pero sabes que soy una persona que va por allí desparramando mierda
y diciendo cosas hirientes. Tal vez nunca obtengas de mí lo que quieres.
-
¿Y qué crees
que es lo que quiero? – el vocal frunció el ceño.
-
Tal vez no
sé qué es lo que quieres, pero sé qué es lo que mereces, y ten por seguro que está
por sobre lo que yo te puedo dar. – Sora lo miró con los ojos húmedos,
se dijo así mismo que si quería demostrarle que era fuerte no podía llorar.
-
Esa es una
excusa barata para rechazarme Chi.
-
No lo es…
-
Creo que
debes dormir - le susurró, sabía que no podía mantener ese tipo de
conversación por más tiempo, no si no quería romperse en frente de él. Se
removió hasta quitar el brazo debajo de la cabeza de Chiaki y aunque intentó no
darle la espalda para no hacer evidente su molestia, evitó mirarlo recostándose
sobre su espalda, observando el tejado.
-
¿Tú tienes
sueño?
-
No, pero me
dormiré de todas formas si todo está en silencio. – Chiaki permaneció de lado contemplándolo,
levantó su dedo índice y pinchó su mejilla izquierda.
-
Cuando
tienes ganas de llorar abres las fosas nasales, como ahora. – Sora no
respondió – Usualmente la gente presiona los labios, pero los tuyos son muy
gruesos así que supongo que te cuesta hacerlo – sonrió un poco, el batero por
el contrario arrugó el ceño.
-
Lamento si
mis labios no son de tu gusto. – su voz sonaba enfadada, el vocal se enterneció
y rió bajito, aunque el batero lo tomó como una burla y solo suspiró con los
ojos cerrados. Chiaki aprovechó aquello para inclinarse sobre él, no estaba
pensando, estaba exponiéndose nuevamente. Se acercó a su rostro.
-
Lo son
- le dijo antes de besar sus labios
mientras el batero aún mantenía los ojos cerrados, el beso fue suave y duró
demasiado poco para el gusto de ambos, pero cuando el vocal abrió los ojos,
Sora lo miraba. Aquello lo hizo volver a su lugar esta vez dándole la espalda.
El batero se sentó en la cama y lo miró. Refregó
sus manos por sus pestañas húmedas y volvió a mirarlo sin saber qué hacer. ¿Por
qué lo había vuelto a besar? ¿Por qué si acababa de rechazarlo nuevamente con
una excusa barata? Suspiró confundido, entonces recordó las palabras de Sakura. Pensó en que tal vez tenía razón y el problema era que a Chiaki le era difícil entablar
cualquier relación, por ello solía negar hasta la amistad que obviamente tenía
con muchas personas. Por otro lado existía la posibilidad de que realmente
hubiera sido sincero cuando le dijo que todo era idea suya y realmente no era
una persona importante para él, pero si era así, ¿por qué lo había besado?
Simplemente no tenía sentido que no lo quisiera... En su pecho comenzó a crecer
la esperanza a medida que sus pensamientos avanzaban, porque lo único que tenía
sentido considerando lo que conocía de su persona, era que se resistía a
entregarse a lo que fuera que sintiera.
Sora lo abrazó por la espalda sorprendiendo a
Chiaki.
-
¿Te incomoda
que te abrace? – le preguntó más animado.
-
No… -
susurró el vocal. Volteó a mirarlo, notó su sonrisa y
quiso saber en qué pensaba, pero no se atrevió a preguntarlo. Sora lo cubrió aún
más con las colchas y así mismo, luego permaneció abrazado a su espalda.
-
¿Tienes
sueño? – negó con la cabeza – Podemos… ¿conversar? – Chiaki suspiró y se
volteó, le sonrió, le gustaba ver que no estaba tan dolido como un momento
atrás. Pensó en que su beso había tenido buen efecto.
-
¿De qué
quieres hablar?
-
Mm… ¿Alguna
vez tuviste alguna relación amorosa… duradera? – Sora aprovechó para escarbar
en sus teorías. Chiaki negó con la cabeza. – ¿Y alguna amistad con la que tuvieras sexo?
-
¿Cómo la
amiga que tenías el año pasado? – Sora asintió, él mismo se lo había contado. –
No… solo he tenido encuentros casuales si preguntas por sexo. – Sora asintió acrecentando sus sospechas - ¿Tu
haz tenido alguna novia?
-
¿Novia? Solo
tuve dos.
-
¿Y eras
celoso? – Chiaki le sonrió, Sora chasqueó con la boca.
-
Ey, ¿por qué
quieres saber eso? – ambos rieron.
-
Sí lo eras
entonces… - Sora arrugó la nariz.
-
Tú también eres
celoso…
-
¿Ah? ¿Por
qué lo dices?
-
Recuerdo que
te enfadaste varias veces el año pasado porque prefería salir con mi “amiga”. –
Chiaki bufó.
-
Claro que
sí, me abandonabas – el vocal rió un poco avergonzado.
-
Si eres
celoso…
-
No he dicho
que no – Sora rió y le besó la mejilla, permaneció en aquella cercanía y le
susurró.
-
Aquella fue
la primera vez que me di cuenta en que sí, tal vez sí me querías y eso me hizo
muy feliz… - Chiaki lo miró, el batero le sostuvo la mirada - Sé sincero conmigo
por favor. ¿Tienes sentimientos por mí? – el vocal pestañeó mientras le
observaba los ojos, no podía mirar a ningún otro lugar, Sora esperó en
silencio. Finalmente Chiaki se rindió bajo su mirada.
-
Los tengo.