-
Los tengo. –
Sora lo miró a los ojos y comenzó a sonreír lentamente sintiéndo el calor subirle
a las mejillas y el corazón saltarle fuerte. No quería demostrar la felicidad
extrema que sentía pero no podía evitarlo tampoco. – Pero eso no cambia nada – se
adelantó Chiaki al ver su reacción – Ya sabes lo que pienso, es mejor que
mantengamos distancia además... – Sora se inclinó y lo besó interrumpiéndolo. Chiaki cerró los ojos instantáneamente en
cuanto sintió sus labios y el batero se acomodó para posicionarse de mejor forma
sobre él mientras el vocal apoyaba su espalda en la cama. Cuando se separaron, un poco fue el mismo vocal quien volvió a besarlo profundizando con cierta
efusividad, tomando su rostro entre sus manos. Sora estaba
disfrutando de las esperanzas intensas que le hacía sentir calor en el pecho.
De pronto, el más pequeño reaccionó alejando a Sora de él con un leve empujé, él permaneció mirándolo sin entender su reacción. – Te repito que esto no
cambia nada, tú no puedes cerrarte a la posibilidad de encontrar a alguien
mejor.
-
Cállate y
bésame Chiaki. – volvió a acomodarse encima de él entre sus piernas para
permitirse tocarlo mientras lo besaba. Metió sus manos debajo de su playera y
el vocal enredó sus dedos en su cabello, sorprendiéndose así mismo del calor que
lo invadió cuando sintió el roce de ambas caderas. El más alto se alejó
un poco para tomar aire y Chiaki le mordió la nariz. – Au… ¿Eso por qué? – Sora
se rió mirándolo a tan solo un par de centímetros de su rostro. Chiaki bajó las manos acomodándolas en la cintura ajena.
-
Me atacaste…
- subió uno de sus dedos hasta el labio inferior del otro mirándolo
con atención. Sora esperó a que dijera algo más pero no lo hizo, el vocal se
dijo así mismo que debía contener las ganas de morderlo porque ya estaba traspasando su
límite.
-
Chi… - Sora
lo miró dudoso. - ¿Estás seguro de que realmente sientes algo por mí y no lo
dices desde… desde la tristeza que sientes precisamente en este momento? – bufó.
-
Tal vez si
ha influenciado en que me siento precisamente cómodo como para admitirlo, pero
no lo otro... Me gustas desde hace tiempo – susurró despacio, Sora le sonrió
feliz y se mordió el labio, Chiaki lo miró concentrado, necesitaba morder ese
labio. Tenía ganas de pedirle a Sora que lo besara hasta gastarle los labios,
pero sabía que no era una buena idea, no si quería poder mirarlo al día
siguiente.
-
Chi... – escondió el rostro en su cuello casi de manera inconsciente dejando que lo
acunara entre sus brazos. – Estoy muy feliz…
-
Eres un
niño- se rió.
-
Es que no
sabes cuánto me gustas… siento como si estuviera soñando. – Chiaki se maldijo internamente, no dejaba de pensar en que él solo le causaría daño a
alguien como Sora. – Y no quiero despertar.
Metió sus manos bajo la playera del
batero haciendo que él se separara un poco más para permitirle tocarlo con más
accesibilidad, le gustaba sentir sus manos en él, era una sensación totalmente
nueva, se sentía un poco nervioso también. De pronto Chiaki llevó sus manos
hasta sus pectorales para presionarlos.
-
¿Qué haces?
– rió un poco avergonzado.
-
No sé cómo
tocar un hombre – admitió el más pequeño levantando los hombros. Ambos se
rieron avergonzado.
-
Tampoco sé
mucho sobre eso…
-
¿Alguna vez
te has acostado con un hombre? – Sora negó con la cabeza – Tampoco yo.
-
¿De verdad?
– realmente estaba impresionado, parte de él se alivió al eliminar el
pensamiento de él y Saz compartiendo una cama.
-
De verdad.
-
Bueno, ya
aprenderemos. – Chiaki carcajeó.
-
¿Qué clase
de ánimos son esos? Que pervertido.
-
Solo no
sabía que más decir... – admitió avergonzado – Pero… - lo miró a los ojos y le dio
un beso rápido antes de continuar – Si me gustaría… Es decir, sí… me… produces… Eeh… Esto… Me gustas mucho. – Chiaki carcajeó cuando el batero, avergonzado, volvió a esconder el rostro en su cuello.
-
También a
mí- le susurró un poco tímido. Acarició su espalda y besó la parte de su
mejilla que le era accesible – Siempre me has parecido atractivo, ¿sabes?
-
¿Qué? –
rieron bajo ambos notoriamente avergonzados.
-
Te digo la
verdad… desde la primera vez que te vi lo he pensado.
-
Me estás
avergonzado. – Chiaki rió más fuerte. – Tú también… eres muy atractivo. – le susurró,
el vocal presionó los labios con fuerza con ganas de reír.
-
Creo que
deberíamos dormir o seguiremos hablando este tipo de cosas.
-
¿Eh? ¿Y qué está
mal en eso?
-
Que no sé cómo
te miraré a la cara cuando amanezca. –
Sora lo miró con una sonrisa.
-
Es la primera
vez que confías tanto en mí.
-
Es la primera
vez que confío tanto en alguien – le confesó.
-
No te
defraudaré – Sora se inclinó besándolo nuevamente, y Chiaki tomó su rostro profundizando el
beso. El batero se pegó a él, sintiéndose excitado al notar que su cadera
rozaba la ajena mientras el vocal permanecía con las piernas abiertas, ni en
sus mejores sueños de había imaginado tener ese tipo de acercamiento. El
vocal se separó un poco.
-
Espero poder
decir lo mismo – lo miró a los ojos serio. Sora por el contrario no parecía
preocupado.
-
Todo estará
bien, ¿dormimos? – le preguntó cuándo estuvo seguro que su excitación comenzaba
a ser evidente. Chiaki, ajeno a ello, asintió y se removió para que ambos se
acostaran de lado y se abrazaran para dormir. A ninguno le costó conciliar el
sueño, todo lo contrario, ninguno estuvo seguro de cual fue él que se durmió
primero.
El
primero en abrir los ojos fue Sora, era alrededor del mediodía cuando el sol le
impidió seguir durmiendo. Si bien permaneció un momento observando a Chiaki
dormir, no fue demasiado, optó por prepararle desayuno ya que tenían un día de
trabajo. Llevó la bandeja hasta la cama y lo despertó moviendolo con suavidad.
-
Chi, te
traje el desayuno, despierta.
-
No…
-
Chi, es
mediodía.
-
Mm... – Sora se
rió. Dejó la bandeja a los pies de la cama y se inclinó sobre el cuerpo del
vocal e inesperadamente le metió la lengua en la oreja. Chiaki dio un salto por las cosquillas –
Ew, ¿qué haces?
-
Ya
despertaste – le dijo limpiándose la saliva de la boca con el dorso de la mano. Chiaki hacía lo mismo con la manga de su pijama.
-
¿Qué me
estabas haciendo? – Sora se rió mientras le entregó la bandeja. – Oh… gracias…
-
Es mediodía
ya.-
- ¿Tú no desayunarás?- preguntó con la boca llena.
- ¿Tú no desayunarás?- preguntó con la boca llena.
-
Comí
mientras preparaba eso. - el vocal le puso mala cara, tomó una tostada y se la
puso en frente de la boca. Sora le sonrió aceptándola – Que lindo
te estás portando… - le dijo en cuanto terminó de comerla completa. El otro continuó atacando su platillo.
-
Sora… sobre
lo que dije anoche… - Chiaki lo miró dudoso, ni él se podía creer todo lo que
había confesado. El batero permaneció a la espera de que continuara – Lo
primero que dije, sobre no ser bueno para ti, lo mantengo. No quiero que creas que
esto… va a alguna parte… - Sora tomó una de sus manos con cierta tristeza.
-
Déjalo. –
Chiaki lo miró sin comprender. – Si quieres besarme, bésame, si quieres estar
conmigo, solo tienes que llamar… Yo haré lo mismo… Si eso nos lleva algún lado,
solo lo dirá el tiempo, ¿no? – Chiaki suspiró. ¿Cómo había armado ese enredo?
-
Pero no
quiero que te amarres a mí, ¿de acuerdo? – el batero asintió, en el fondo sabía
que estaba amarrado a él desde hace mucho tiempo atrás.
-
Debo irme
Chi, tengo que tomar un baño y cambiarme antes de llegar al ensayo. – asintió. Sora tomó su abrigo de la silla donde había quedado la noche anterior
y se lo colocó.
-
Oye…
-
¿Mm?
-
Gracias.
-
¡Eso estuvo
genial! – celebró el manager en cuanto bajaron del escenario y se reunieron en
el mismo camarin.
-
Sí, más de
lo usual, todos estuvieron increíbles – Sora agregó animadamente mientras se
quitaba la playera sudada, se le veía más feliz de lo normal a pesar del
cansancio. Miró a Chiaki sonriente y este le devolvió la mirada de manera
juguetona, lo que no pasó desapercibido para Saz.
-
¿Vamos a
comer? – preguntó el bajista de manera general.
-
Yo no voy,
pero diviértanse – les dijo Chiaki sin
mirarlos.
-
Pero Chi, al
menos ve una vez – Sora hizo puchero haciendo que Chiaki rodara los ojos.
-
Estoy
cansado, será otra vez. – tomó su mochila – Buenas noches a
todos. – y se despidió con la mano dejando a Sora con el ceño fruncido y a Saz
serio. Él sabía perfectamente que el vocal no los acompañaría y que Miyako
tenía planes.
-
Yo los acompañaré
solo un momento, luego tendré que escapar. – dijo mirando a Sora.
-
Que banda
tan ocupada - se quejó.
Fueron
al mismo lugar en que había comido con Chiaki, lo que no extrañó a nadie ya que
era un lugar recurrido por ellos y estaba muy cerca del recinto. Se sentaron
donde acostumbraban junto al ventanal, y pidieron lo de costumbre sin siquiera
ver el menú.
-
Traje a
Chiaki aquí a comer el otro día – les dijo.
-
¿Ah sí? –
Miyako se impresionó – ¿Solo los dos? ¿Y no quiere acompañarnos cuando estamos
todos? Que malo es. – Sora lo miró serio.
-
Me llevó al
teatro y luego comimos algo.
-
¿Fue en plan cita? – Sora intentó mirar a otro lugar para distraer su atención mientras
Miyako parecía interesado en que lo Saz le decía.
-
Si… fue
divertido. Chiaki es divertido, lo saben supongo.
-
¿Se supone
que tenemos que opinar algo con respecto a que estén saliendo? – Miyako miró a
Sora y este levantó los hombros.
-
Creo que los
dos somos bastantes maduros como para no tener que preocuparlos al respecto.
-
Ah… bueno… -
Miyako miró a Sora sorprendiéndose por lo serio que estaba. De pronto el
batero cambió el rostro y preguntó fingiendo no estar molesto.
-
Pero, ¿va en
serio? Ya… ¿Tienen algo? – la mesera llegó con los platillos de Saz y Miyako,
cuando se retiró, Sora lo miró a la espera de una respuesta.
-
Ya sabes
cómo es Chiaki… no estará de acuerdo fácilmente con una formalidad pero… a
pesar de eso, sí, estamos juntos.
-
¿Ya se
besaron? – preguntó Miyako. Sora lo miró, también quería saber.
-
No pregunten
esas cosas… - Saz se rió realmente avergonzado. Creyó que lo mejor que podía
hacer por Chiaki era quitarle el peso de encima que significaba Sora. – Bueno
sí… si les digo que estábamos juntos es porque claro que nos hemos besado. Sora
suspiró tragándose los celos.
“Ya
lo sabía”, se dijo mentalmente. “Calma que ya lo sabías, eso no
significa nada, él tiene sentimientos por ti.”
La
mesera colocó su plato en la mesa por lo que Sora pudo concentrarse en la comida y el
masticar.
-
Vaya, quién
hubiera imaginado que después de tanto tiempo terminarían… juntos – Miyako le
sonrió – Pero si ustedes están bien, me alegro por ustedes. Sora también, ¿no?
– el batero asintió con la boca llena de comida lo que hizo reír a los otros
dos, luego Saz suspiró. En su mente se maldijo así mismo disculpándose con el
batero.
Miyako se fue demasiado temprano dejando a un
incómodo Sora solo con Saz. El batero esperaba no tener que hablar más sobre su
supuesta relación, pero el bajista no dejaría escapar la posibilidad de tener
una conversación necesaria con él... o al menos así la consideraba.
-
Chiaki se
siente muy mal por haberte rechazado – le dijo directamente de pronto. Sora lo
miró con los ojos muy abiertos. – Le genera culpa el haberlo hecho, no dudo siquiera que aquello era lo que lo tenía tan mal… - permaneció en
silencio escuchándolo – No creo que lo sepas, pero cuando Chiaki intenta
escapar de todo va hasta una playa al borde costero de la zona norte y
permanece horas observando la misma roca. Es una roca con forma de sofá – rió - Una vez en verano hasta lo vi sentado allí.
-
¿En verano?
– Sora pestañó un par de veces, se preguntó cuánto tiempo llevaban teniendo
algo de lo que él no tenía idea. Saz
asintió.
-
Quiero que
sepas que para él ha sido muy difícil rechazarte porque te tiene mucho aprecio
Sora. Espero por el bien de la banda, y de nuestra amistad, que puedas lidiar
con ello de buena manera. – Sora asintió
incómodo, no sabía cómo responder – Lo lamento amigo… - la disculpa sincera de
Saz lo hizo sentirse avergonzado.
-
Perdona Saz,
pero me iré a casa – buscó en su mochila su cartera y le dejó dinero sobre la
mesa – Paga por mí, ¿sí?
-
¿De qué estás escapando? Hablemos.
-
Creo que ya
lo dijiste todo y no te preocupes, no pondré en peligro la banda por los
amoríos de nadie. – el batero lo miró sonriente, con una disculpa en los ojos. Entendía que Saz no tenía la culpa de los enredos de Chiaki, pero sus celos no
le permitían seguir escuchando más de ello. Salió del lugar caminando a paso
firme, con prisa, dispuesto a escapar de allí con rapidez.
Caminó
por las calles de la ciudad durante tres horas pensando en cómo resolver lo
que sucedía. Aunque sabía que era algo que Chiaki debía hacer, no se le ocurría
como orillarlo hasta una situación en la que debiera decidir si quería o no
estar con él. Luego de caminar por media ciudad, se decidió por preguntárselo
directamente, entonces fue hasta su departamento aunque fuera media noche.
Subió
las escaleras del edificio con lentitud sintiéndo la tranquilidad que le brindaba saber
que éste sí tenía sentimientos por él. Pero cuando llegó al piso, se sorprendió al
encontrar a Saz en la puerta de Chiaki; él estaba apoyado en el umbral,
llevaba la pijama. El bajista se inclinó para besarlo y el vocal permitió que
lo besara, no correspondió el beso, al contrario, pareció ponerse rígido... parecía
que se despedían. Sora los miró presionando los puños y apretando los labios
sintiéndose más celoso que nunca, dio media vuelta y prefirió irse. No sabía
con qué cara podría mirar a Chiaki luego de haberlo visto de aquella manera.
-
¿Sora? – la
voz de Saz no lo detuvo, bajó la escalera sin voltear intentando respirar sin
dificultad, pero se le complicaba. Era de aquellas personas que lloraba cuando realmente
se enfadaba.
Chiaki miró su silueta irse y frunció el ceño,
Saz lo miró apenado.
-
Lamento que
viera eso… - se disculpó sincero.
-
También yo.
-
Pero es
mejor, ¿no? Que se haga la idea desde ya… - el vocal lo miró sin entender.
-
¿A qué te
refieres?
-
A que lo de
ustedes no puede ser. A que… estás conmigo – Saz levantó los hombros como
diciendo lo obvio, Chiaki permaneció atónito.
-
Sacchan,
nosotros no somos nada. – el bajista colocó los ojos en blanco.
-
Siempre
dices este tipo de cosas.
-
No Sacchan,
esta vez lo digo en serio – el vocal lo miró totalmente dispuesto a ser claro – Esto es divertido, que salgamos, que hablemos, que juguemos, pero no existe
nada más. No “estamos juntos”.
-
Está bien… Sé que no es fácil para ti, tampoco lo es para mí, pero me refería a que es
mejor dejarle en claro a Sora que no sientes nada por él. – Chiaki lo miró
indignado – Porque… ¿no sientes nada por él, verdad?
-
No es asunto
tuyo. – Saz lo miró sorprendido, no se había imaginado aquel escenario.
-
¿Estás jugando con los dos? ¿Qué es lo que te
pasa? – el bajista pasó de la sorpresa al enfado. Chiaki se impresionó de su
reacción – Si estuvieras jugando o intentando algo solo conmigo y luego me
rechazaras lo entendería, ninguno sabe a dónde iría algo entre nosotros. Pero... ¿Jugar con Sora? ¿Con Sora? Eso no está bien Chiaki.
-
No estoy
jugando con Sora, y si lo hiciera no sería asunto tuyo.
-
¿Qué
pretendes? ¿Qué la banda se separe por líos amorosos? Puedo entender que
intentes algo conmigo aunque sea por diversión, también es mi intención, solo
me dejo llevar contigo… Pero Sora es diferente a nosotros y tú lo sabes… No
puedes jugar con él si conoces que tiene buenas intenciones, lo vas a herir y…
¡Es lo que acabas de hacer! ¿Qué te pasa? – Chiaki lo miró dispuesto a repetir
lo que había dicho pero el bajista se le adelantó – Si no estuvieras jugando
con él Sora no estaría sintiéndose despechado en este momento, si ha estado
encaprichado contigo es porque tú le diste alas. ¿Y qué haces saliendo conmigo
entonces? – el vocal lo miró cayendo en cómo debía sentirse el batero. -
¿Sabes Chiaki? No me expliques nada, no sé qué me sorprende, sé muy bien el
tipo de persona que eres, pero esperaba que al menos pudieras priorizar la
banda a tus arrebatos. – Saz se fue
dejándolo parado solo en el umbral de la puerta. Estaba intentando digerir lo
que le Saz le había escupido prácticamente en la cara.
Entró
en su departamento y tomó su celular llamándolo, esperaba que no estuviera
muy lejos y pudiera volver al departamento, aunque no sabía muy bien qué le
diría.
Contestó
pero no dijo ni una sola palabra.
-
Sora… - el
batero espero en silencio, pero Chiaki no fue capaz de decirle nada por un
largo minuto por lo que finalmente colgó.
En su departamento, el vocal suspiró sintiéndose
frustrado. ¿Estaba realmente jugando con los sentimientos de Sora? Solo de una cosa estaba seguro, y era que cada vez se decepcionaba más de sí mismo.