Sora
se arrojó en el sofá en cuanto llegaron al departamento, y el vocal fue directamente
hasta su habitación para guardar los anillos que llevaba puestos y que le
fastidiaba usar dentro de casa. En la oscuridad observó por el ventanal, podía
ver a aquella conocida ave de pie en la baranda del balcón, sin pensarlo
aprovechó para ir hasta ella. El pequeño pajarito lo miró a los ojos mientras
se aproximaba pero no se inmutó.
Chiaki
colocó comida y agua para él en platillos pequeños, llevaba días haciéndolo.
-
Tengo
pensamientos muy extraños acerca de ti–
susurró cuando lo vio aproximarse hasta la comida – Pero ninguno tiene mucha
lógica… - volteó para entrar a la habitación, pensó en preguntarle a Sora si
aquella ave era la misma que decía haber seguido, pero prefirió dejar el asunto
antes de verse frente a una situación que no pudiera explicar.
El
batero desde su posición recostado en el sofá observó una caja que estaba
guardada sobre unos libros. A simple vista parecía un juego de mesa, caminó
hasta ella y sin saber de qué se trataba comenzó a revisar las instrucciones y
ojear las piezas para tratar de entender en qué consistía el juego.
- ¿Qué es esto? – preguntó más para sí
mismo en cuanto comenzó a entender. El vocal, quien justo caminaba hacia él,
lo observó nervioso cuando notó qué caja tenía entre las manos. Era el regalo
de Saz- ¿Lamer? ¿Chupar? ¿De dónde sacaste esto? – Chiaki tragó saliva. Si se
lo decía, temía que se fuera, y quería a toda costa mantenerlo con él luego de
lo ocurrido aquella noche- ¿Podemos jugar? – preguntó de pronto con una
sonrisa pícara en el rostro, el vocal sintió frío.
- ¿Eh? – Sora se rió con ganas- Entiendes… lo - lo que es, ¿no? - tartamudeó.
- Claro que entiendo… Oye, fue una
broma, estas pálido… No pensé que te asustara tanto la idea de…
- Juguemos – le dijo de pronto fingiendo firmeza.
- No tienes que demostrarme nada, si no
quieres jugar solo no…
- Te dije que juguemos – Chiaki se
acercó a él y tomó la caja con sus piezas. Colocó las cartas dentro la bolsa de
donde debían elegir al azar. Leyó “morder” y se sorprendió de sí mismo cuando
notó cuanto le emocionó la sola idea de poder morder el labio a Sora en un
contexto juguetón. Sora lo miró curioso, si bien ya se habían tocado, tampoco
había saciado en lo más mínimo sus constantes ganas de estar junto a él, la
idea de poder tocarlo con su autorización le entusiasmaba, pero Sora no tenía
idea en qué consistía el juego y Chiaki a pesar de tener una leve idea, tampoco
lo sabía del todo.
- Bien, leamos las instrucciones– Sora
sonaba entusiasmado - Dice: “Primera parte, cada uno deberá cumplir con 3
penitencias, las cuales se indicarán en dos de las cartas color verde”… No
parece nada difícil. Yo comienzo – le dijo entusiasmado, el vocal nervioso lo
vio tomar una carta de la bolsa verde y sonrojarse al leerla.
- ¿Qué dice? – preguntó ansioso.
- Besar… - el más pequeño bufó por su
reacción, aunque realmente se le hacía adorable y admitió para sí mismo que también
le emocionaba saber que sería besado, aunque no fuera nuevo entre ellos.
- Saca la otra carta.
- Bien… esta dice donde, ¿no? –
asintió, ambos evitaron mirarse a los ojos– El cuello… - Chiaki soltó aire
por la nariz, era su punto débil, de lo que había escapado un rato atrás. Sora
sonrió satisfecho y le mostró la carta para que viera que no mentía. El vocal
inflo sus mejillas algo indignado, pero ya qué, si él mismo le había pedido
jugar. Sora ser acercó a él, el ambiente se volvió tenso en tan solo unos
segundos mientras el batero deposito un beso sonoro en el cuello de Chiaki,
causándole un escalofrió – La primera
ya está.
El
vocal sacó ambas cartas de las bolsas de una sola vez y las leyó, un poco
ruborizado se las mostró sin decirle nada.
“Lamer”
y “labios”.
- Mm… - Sora lo vio afligido y sonrió
enternecido.
- Cierra los ojos… - le pidió, el batero
obedeció. Chiaki comenzó a sentirse nervioso, percatándose a donde realmente podría
llevarlos aquel juego, pero en cuanto estuvo lo suficientemente cerca solo se
concentró en los labios de Sora y recordó lo bonito que siempre le habían
parecido. Lamió con la punta de la lengua el labio inferior logrando que el
batero abriera la boca sin intensión, dejándose llevar, pero Chiaki se alejó
algo avergonzado y Sora abrió los ojos. Tomó de inmediato las otras cartas al
igual que el más pequeño, las dos al mismo tiempo.
- Chupar, oreja– el vocal se rió y
más confianzudo se la cedió a Sora que no desaprovechó la oportunidad y tomó el
rostro de Chiaki entre sus manos para asegurarse de que no se moviera, luego
tomó su oreja con su boca. Lamió primero antes de llevarse a la boca y besarla
como si fueran sus labios. El vocal inclinó la cabeza al costado victima de
un escalofrió y se rió por las cosquillas, pero los segundos transcurrieron y
Sora continuaba en ello. Chiaki se sintió acalorado. Para cuando Sora se alejó
lo miró con una sonrisa triunfal y el vocal fingió asco limpiándosela con la
manga del suéter, pero asco era lo que menos tenía. Tomó sus cartas.
- Frotar, muslos… Oh… - Sora abrió los
ojos y apretó los labios, la vergüenza llegó hasta él. ¿Y si con ello delataba
demasiado su deseo?
- Vuelve a cerrar los ojos…
- No… prefiero ver…
- ¡Sora!
¡Los ojos!
- Pero, ¿por qué? Si ya nos hemos visto…
- Pero esa vez no estaba tan despierto. ¡Los ojos! – exigió. El batero de malas ganas los cerró – Y no los abras – se
acercó a él y con la mano un poco temblorosa frotó el muslo izquierdo de Sora. Al comienzo cerca de la rodilla pero poco a poco subió hasta acercarse cada vez
más a su entrepierna, luego continuó con el otro, se concentró en ello, dándose cuenta de que tenía los ojos pegados en su entrepierna y las manos le picaban
por frotar allí. Levantó la vista y vio que Sora tenía los ojos abiertos y
pegados en él, con una mirada seria y diferente a la usual. Se alejó – Te dije
que no los abrieras… - se quejó con la voz muy baja. Sora no dijo nada, sintió
un nudo en la garganta por la excitación, no solo por los toques sino de ver los
ojos de Chiaki observándole de aquella manera. Tomó sus cartas.
- Besar, mejilla – Sora le sonrió y
Chiaki bufó por su expresión contenta. Lo vio aproximarse y besar con lentitud
y un poco de ternura su mejilla en un beso casto. El vocal suspiró, no sabía si
reprocharse la ternura a esas alturas. Tomó sus cartas.
- Besar y boca… mm… yo quería la de
morder… - soltó en voz alta, Sora se rió fuerte y se acercó a él cerrando los
ojos esperando su beso – Que obediente – Chiaki sonrió sin darse cuenta. Con
el dedo índice levantó un poco más el mentón de Sora, luego tomó sus mejillas
entre sus manos y se acercó a su boca, con los ojos abiertos observó como el
batero disfrutaba de hundirse en su beso. Chiaki escuchó los propios latidos de
su corazón mientras su lengua masajeaba la de Sora y sentía la
de este devolverle el tacto húmedo de la misma manera, envolviendo con suavidad
y calidez su lengua para luego buscar más de ella en una caricia.
- Mm… - escapó de la garganta de Sora y ni siquiera fue consciente de ello. Chiaki lo abrazó por
sobre los hombros sumergido en el beso, sentía la lengua de Sora tan cálida,
como si con esas sensaciones pudiera ahuyentarle todas las preocupaciones.
Finalmente el batero debió escapar en busca de aire.
- Chi… – le dijo a modo de disculpa en
cuanto tomó una bocanada de aire, se rió avergonzado al abrir los ojos. Chiaki se vio abrazado a él y lo soltó de
golpe, luego se rascó la mejilla con un dedo, nervioso.
- Eh… ¿terminamos el juego?
- No… solo la primera parte– el vocal
carraspeó y Sora intentó disimular la sonrisa, pensó en Sakura y en la verdad
de sus palabras de aquella vez, podía sentir los sentimientos de Chiaki cuando
bajaba la guardia, daba lo mismo si fuera en su afectividad o su nerviosismo,
ya le eran evidentes.
-
“Segunda parte... – leyó en las instrucciones - cada uno deberá cumplir con 3
penitencias, las cuales se indicarán en dos de las cartas color rojo”. Empiezas
tú – le dijo al más alto, que no dudo en tomarlas, pero la sorpresa en cuanto
las leyó se le notó en la cara.
- Estas son algo más…
- ¿Qué dice? – Chiaki se inclinó hacia
él para leerlas.
- Oh... – fue lo único decir al leer
“chupar” y “pezón”.
- Si no quieres… no tenemos que seguir
jugando – Sora temió pasar el límite de su comodidad. Lo notaba nervioso, pensó
en que tal vez le sería más fácil jugar entre las sábanas y a oscuras, aunque él
quisiera verlo.
- No… está bien, sigamos jugando – le
susurró un poco avergonzado. Sora lo miró sorprendido, más aún cuando lo vio
quitarse el suéter y abrirse la camisa que llevaba de bajo. Cuando terminó lo
miró a los ojos esperando. A Sora se le secó la boca al mirar la piel desnuda, luego se sintió avergonzado y pensó en apagar la luz, pero desde luego no lo
hizo.
- Eh… podrías… ¿Cerrar tú los ojos? –
Chiaki sonrió avergonzado y así lo hizo. En solo dos segundos después sintió la
humedad en su pezón derecho, succionando con un poco de intensidad,. Chiaki necesitó apretar los puños, lo sentía demasiado bien. Escuchó el sonido de la
humedad cuando Sora se alejó y al abrir los ojos lo vio secándose la boca de un
poco de saliva que quedó en sus labios. El vocal respiró agitado sintiendo
vergüenza de verse afectado– Tu turno Chi.
- Lamer, ombligo– Sora rió y
comenzó a desabrocharse solo los botones bajos de la camisa, el vocal le miró
los dedos temblorosos.
- Ambos parecemos niñas vírgenes – se quiso
burlar más de sí mismo. Sora asintió sin ser capaz de agregar nada – Pero es
excitante, lo admito – ambos rieron. El vocal se puso de pie y se agachó hasta
quedar a la altura de su ombligo, la visual hizo que Sora debiera morderse la
lengua. Chiaki comenzó a dar pequeños besos alrededor del abdomen y luego
metió la lengua dentro de su ombligo.
-
Ah… - un quejido se le escapó al batero cuando se inclinó involuntariamente,
notó que jamás se había sentido tan excitado por el simple hecho de sentir
humedad en aquella zona, hubiera querido que el vocal hiciera más, pero se
contuvo y en cuanto terminó su beso en la zona se puso de pie y sin mirarlo a
los ojos, le dio un beso pequeño en el mentón. Luego se sentaron, Sora tomó
sus cartas.
- Tocar… entrepierna… - Chiaki lo miró
con los ojos muy abiertos y el batero cerró los labios con fuerza, sentía su
entrepierna apretada en su pantalón por la idea. Se acercó a Chiaki a la
espera de que cerrara los ojos para poder cumplir su penitencia, sin embargo
este no lo hizo, se acercó aún más a Sora y lo besó con intensidad, haciéndolo
recostarse en el sofá con él encima. Sora lo tocó, sintió en su beso que
aquello era exactamente lo que quería. Metió sus manos por debajo de su camisa y le araño con suavidad.
- Mm... – Chiaki sin ser consciente de sí,
se sentó con las piernas a cada lado de su cadera y comenzó a frotarse contra
él. Sora abrió los ojos sorprendido, se inclinó un poco y tomó el rostro de
Chiaki mientras este sin dejar de besarlo, continuaba moviendo sus caderas para
sentir el roce. Sora colocó sus manos firmemente en cada lado de su cintura
para sentir aún más sus movimientos– Mm... – el batero movió el rostro y rompió el beso buscando aire,
inmediatamente Chiaki arrastró sus labios hasta su mentón, recorriéndole la
piel con la suavidad de sus labios.
- Aah… - Sora cerró los ojos y movió
sus manos por el torso de Chiaki buscando a tientas sus pezones mientras los
labios del otro hacían estragos con él al lamer su cuello. El vocal sostuvo las
manos del batero contra sus pezones más que complacido de sentir el tacto.
Sora le sostuvo el rostro y con un poco de fuerza lo jaló hasta él para volver
a besarlo y luego tomar su cuerpo para cambiar la posición y dejarlo debajo de
él– Era mi penitencia, ¿recuerdas? – le susurró mirándolo a los ojos antes de
besarlo con fuerza. Se quitó la camisa y abrió su pantalón, hizo lo mismo con
la ropa del vocal, luego metió su mano dentro de su ropa interior, asombrándose por la dureza y la humedad – Me siento mejor al sentirte tan excitado… -
Chiaki se inclinó y le mordió el labio con suavidad, luego le sonrió– ¿Vamos
a la cama?
-
Llévame a la cama – le dijo moviendo las cejas insinuante, el batero se rió,
luego con fuerza lo tomó en brazos. Chiaki se aferró a él con brazos y piernas riendo- ¡No me vayas a soltar!
-
Que no, miedoso.
El
batero recorrió el departamento hasta llegar hasta la habitación para soltar a
Chiaki en la cama, sin darle tiempo de pensar, le quitó el pantalón y la ropa interior
e hizo lo mismo con sus ropas antes de arrepentirse. Luego se recostó
sobre él, Chiaki lo miró a tientas, luego estiró el brazo para encender la lámpara
de junto a la cama.
-
¿Sigues
nervioso? – preguntó el más alto.
-
Un poco…
pero… - el vocal lo miró a los ojos y se rió avergonzado al notar que estaban
completamente desnudos.
-
¿Qué? ¿De
qué te ríes? - Chiaki negó con la
cabeza.
-
Deben ser
los nervios… - inclinó el rostro y besó a Sora, abrazándolo y empujándolo hacía
él. Se concentró para perderse en su boca, no le resultaba difícil considerando
la textura de sus labios carnosos. El batero recorrió su cintura con las uñas y
bajó hasta sus piernas, casi de manera automática Chiaki las subió hasta
rodearle la cintura en cuanto sintió sus manos. Comenzaron a frotar inconscientes
sus entrepiernas, rompiendo el beso y apoyando sus frentes mientras se miraban
a los ojos. El vocal pensó en lo romántica que le resultaba la escena y en cómo
en un tiempo antes se hubiera burlado de solo imaginarlo, ahora deseaba
atesorarla– Aah…
-
Chi… - Sora
besó su mejilla.
-
Sora… Oye…
-
¿Mm? – Sora
no dejó de moverse sobre él ni de besarlo.
-
Atrás de ti,
en el armario… ábrelo… - Chiaki lo miró a la espera, el batero sin comprender
del todo lo obedeció– La puerta de izquierda, ábrela– el batero lo hizo y
esperó más instrucciones – Arriba, hay desodorantes y shampoos, busca un frasco
negro con letras blancas– Sora no debió buscarlo demasiado, lo tomó y se lo
mostró.
-
¿Este?
-
Sí, tráelo. –
el batero cerró la puerta del armario y luego leyó el frasco – es… ¿lubricante?
– Chiaki asintió avergonzado- ¿Cuándo lo compraste?
-
¿Recuerdas
cuando nos tocamos la primera vez? – el batero asintió – Ese día- Sora apretó
los labios.
-
Y yo que
pensé que estaba siendo apresurado…-
Chiaki rió fuerte, luego Sora volvió a recostarse sobre él y lo besó–
Mm… entonces también querías hacerlo… -
susurró roncó. El vocal lo miró a los ojos, le dio un beso casto y se volteó. El
batero se quedó sorprendido por su entrega.
-
Ten cuidado…
- le pidió antes de esconder el rostro entre sus brazos.
-
Sí… - el más
alto se posicionó entre las piernas de Chiaki y abrió el lubricante con algo de
dificultad al no entender el sello, pero el vocal esperó pacientemente,
finalmente Sora colocó una cantidad abundante de lubricante sobre él, y sin estar
seguro de que hacer exactamente le dio un masaje como si se trata de aceite,
hasta que lentamente comenzó a acercarse a sus zonas más sensibles. Volvió a
dejar caer lubricante sobre la zona y comenzó a dilatarlo, dejando entrar un
dedo suavemente. Chiaki se tensó de inmediato. - ¿Sigo? – el vocal
asintió. Sora suspiró nervioso, temió hacerle sentir dolor, por lo que
volvió a colocar lubricante antes de volver a dilatarlo con el dedo. Notó que
una vez húmedo dentro, podía entrar con mayor facilidad, entonces mojó dos
dedos con lubricante y comenzó a dilatarlo nuevamente. Si bien Chiaki
continuaban tenso, sus caderas estaban notoriamente más relajadas – ¿Aún duele?
-
No pero…
hazlo más antes de… por favor… - la voz sumisa le llamó profundamente la
atención a Sora que quiso lanzarse sobre él a besarlo, pero se contuvo
concentrado en su misión. Esta vez dejó que sus dedos dibujaran círculos en el
interior del vocal, luego los dejaba entrar y salir hasta que sus músculos se
relajaron por completo – Mmg… - Sora se sintió victorioso y continuó repitiendo
los mismos movimientos. – Ah... – el más pequeño movió su cadera para
buscar más del tacto de sus dedos, lo que le indicó a Sora que estaba listo para el siguiente
paso.
-
Chiaki, levántate
– le pidió con voz ronca y excitada, el vocal volteó a mirarlo sin entender,
estaba un poco ruborizado a causa del calor– Levanta las caderas, abre las
piernas y sujétate en tus rodillas, será lo más cómodo– el vocal sin mirarlo
lo obedeció, luego volvió a esconder su rostro entre sus brazos, estaba
realmente avergonzado de imaginarse en aquella posición– Levanta un poco más... –
le pidió Sora admirando la vista. Cuando estuvo seguro de que estaba en la
posición perfecta, colocó lubricante en su erección, notó que le dolía por la
falta de atención, por lo que se esforzó en controlarse para entrar lentamente
en el vocal– Aaah…
-
Aah…
-
¿Estás bien?
- el batero no reconoció su propia voz
al escucharla, no recordaba haberse colocado de aquella manera con alguna mujer
antes. Chiaki asintió.
-
Muévete… -
Sora sujeto sus caderas y comenzó a moverse lentamente, sintiendo la textura y
la presión sumamente distinta a la de estar con una mujer, era aún más
placentero pero no podía estar seguro si todo era por el hecho de que lo estaba
haciendo con él.
-
Oh… ¿Se
siente bien?
-
Sí… puedes
moverte… cómo quieras… se siente bien – reconoció el vocal sin dignarse a
levantar el rostro. Aunque si sentía un pequeño ardor, sus ansias por escuchar
a Sora perdido eran más grandes que su dolor físico. En cuanto terminó de
hablar, el batero comenzó a moverse más rápido mientras se mordía el labio, lo
que ameritó que el vocal levantara su cuerpo para apoyar sus brazos y
sostenerse mejor al ritmo que llevaba Sora– Aah… aah… - el sonido de las embestidas
llenó los oídos del vocal, se vio así mismo disfrutando como nunca pensó que le
sucedería. En un determinado momento, la electricidad que le recorría el cuerpo
lo obligó a medio sentarse hasta sentir su espalda tocando el pecho de Sora,
este continuó moviéndose contra él mientras sus manos le tocaban el pecho,
apretaban sus pezones y finalmente bajaban hasta la desatendida erección, pero el
movimiento le dificultaba la tarea, por lo que Sora tomó la mano del vocal y la
llevó hasta la zona.
-
Ahh… Chi…
tócate tú mismo… con confianza cariño– Chiaki al escucharlo decir cariño tuvo
un fuerte impulso por decirle palabras amorosas, pero debió decirse mentalmente
que no era un buen momento. Más ruborizado que nunca comenzó a masturbarse
mientras Sora le presionaba los pezones con una mano y con la otra lo sujetaba
de la cadera para continuar embistiéndolo.
-
Aah… - El
más bajo sintió los besos de Sora esparcirse suaves por su cuello y sus
hombros, luego volteó buscando sus labios, el beso les hizo romper la posición
y le dio a Chiaki la valentía de tomar las riendas– Déjame sentarme sobre ti... – le susurró con la voz más seductora de la que fue capaz mientras lo miraba a
los ojos. Sora asintió completamente perdido en él y se recostó en la cama.
Chiaki se sentó a horcajadas sobre él y con facilidad dejo entrar su erección
dentro de él, notó que en aquella posición llegaba más adentro, por lo que
sintió las piernas temblar – Esto no es fácil… - susurró algo avergonzado al
notar que Sora lo miraría a detalle. El batero lo consoló acariciando con las
puntas de sus dedos su abdomen.
-
Pero puedo
tocarte mientras te mueves… - en cuanto Chiaki estuvo cómodo, comenzó a moverse
y Sora tomó su erección para que sintiera el roce a medida que se movía, luego
se concentró en mirarlo moviéndose sobre él. Su despeinado cabello, sus ojos
cerrados y su boca entreabierta, más la sensación de estar dentro suyo, le
hicieron notar la profundidad a la que estaba enamorado de él. Con la mano
libre buscó entrelazar sus dedos con los suyos, el vocal lo hizo gustoso
mientras se movía. Ambos comenzaron a sentirse tensos, por lo que Chiaki
aumentó el ritmo de sus movimientos, las gotas de sudor le rozaban la nariz y
caían sobre el pecho del batero, se sintieron tan tensos que se presionaron las manos con fuerza sosteniéndose el uno al otro. Sora fue el primero en terminar con un quejido que no fue capaz de contener – Aaaaah… -
Chiaki le escuchó el quejido tembloroso casi al mismo tiempo en que el líquido cálido
le acariciaba la piel de la zona. Para su sorpresa, la sensación le agradó y
estuvo lejos de parecerle sucia. En cuanto vio el pecho del batero subir y
bajar de manera agitada mientras aún le temblaban un poco los brazos, se dejó
caer sobre su pecho y le dio un par de besos en la piel sudada. Sora respiraba
con dificultad, por lo que Chiaki se recostó a su lado.
-
Me gusta tu
voz en estos momentos… - le susurró el vocal mientras le recorría la curva de
la nariz con el dedo índice. El más alto lo miró sonriente, tomó su mano y le
dio un beso. Chiaki se rió por la cursilería, sin embargo luego el batero se
levantó y volvió a colocarse sobre él- ¿Qué haces? - Sora le sonrió e hizo un recorrido con la
lengua por el abdomen del vocal, luego bajó y sin darle tiempo de nada, se
metió la erección del más pequeño a la boca– Aah… - no quiso ser delicado,
comenzó a moverse su boca rápido, prácticamente atacándolo, fue cuidadoso con
los dientes y quiso jugar rozando la punta de la lengua por el glande, luego volvía a contraatacar metiendolo
todo en su boca. Chiaki no dejaba de mirarlo, estuvo seguro de que sus labios
eran lo que más lo excitaba de Sora- Mmg… - se sintió tenso cuando el batero
comenzó a chupar con fuerza, estuvo seguro de que en cualquier momento
terminaría y levantó los brazos en busca de algo que presionar entre sus dedos,
tomando la almohada e inclinando el pecho para recibir el orgasmo que lo tomó
con fuerza- ¡Aahh! – al escucharse quejarse tan fuerte, levantó la almohada y
se la estampó en la cara – Mmmmgg… - se sintió derramarse por largo rato dentro
de la boca de Sora, luego se calmó de golpe, como quien lo hubiera apagado con
un interruptor.
Una gota de sudor le recorrió el camino desde la
nariz hasta la boca, causándole cosquillas al vocal. No podía abrir los ojos,
sintió los dedos de Sora acariciar sus costillas y luego su abdomen haciendo
dibujos invisibles en su piel.
A pesar de que con los minutos se calmó, le
costaba abrir los ojos, se sentía adormilado. Sora lo notó y subiéndolo un poco
en la cama lo removió hasta que pudo meterlo bajo las sabanas, el vocal se
sentía como una pluma en los brazos del batero.
Sora se recostó junto a él y le dio un beso en
el hombro, luego siguió mirándolo hipnotizado.
-
Me gustan
tus labios… - le susurró bajo, sin saber si estaba dormido. – siempre me ha
gustado la forma en que se curvan… creo que podría reconocerlos entre miles de
labios – Chiaki sonrió indicándole que estaba despierto.
-
Creo lo
mismo de los tuyos. – le dijo con voz ronca.
-
Tienes
sueño. – el vocal asintió y Sora sonrió – Chi…
-
¿m?
-
Te amo. – el
vocal abrió los ojos y lo miró sorprendido, Sora le sonrió apretando los labios
de forma nerviosa. De pronto el vocal suspiró y cerró los ojos, levantó la mano
y el batero automáticamente entrelazó sus los con los suyos.
-
También te
amo. – dijo con los ojos cerrados, Sora abrió la boca. – no quería decirlo…
maldita sea, aun siento que no debía decirlo, al menos no aún. – aunque el vocal no había abierto los ojos,
Sora se inclinó hasta quedar a su altura y besarlo con suavidad.
-
Gracias por
decirlo – Sora apoyó su rostro en el pecho de Chiaki y escuchó su corazón, se
sintió agradecido, a pesar de estar permanentemente emocionado por ser
correspondido, no había podido estar seguro de la magnitud de los sentimientos
de Chiaki hasta ese momento, porque sabía que no le mentía. – nunca me sentí
tan tranquilo…
-
Pienso lo
mismo – El vocal levantó la mano para acariciarle el cabello – es como si todo
comenzara a encajar… nunca me sentí tan presente como en estos días.
-
Presente… es
una buena manera de decirlo… siento como si pudiera morir mañana, ¿sabes? –
Chiaki congelo sus dedos.
-
No digas
eso…
-
Me refiero a
que, he sido tan feliz en este último tiempo… a pesar de todo, nunca me sentí
tan vivo, si algo ocurriera y muriera mañana mi alma diría “eso si fue vivir”…
antes de ti, eso no ocurría.
-
Entiendo lo
que dices, pero no hables de morir. – De pronto el vocal se volteó rompiendo la
posición de Sora que descansaba sobre él, este lo miró desconcertado.
-
¿Qué ocurre?
-
Voy a
dormir. – Sora lo miró consternado y se preguntó así mismo que había hecho mal para que el vocal
comenzara a distanciarse a pasos de gigante en solo un segundo. Suspiró y tocó su espalda, dándole una caricia con las uñas a través de la ropa. Se preguntó si llegaría el día en que Chiaki le contara realmente que le ocurría.